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RELIGIÓN

España olvida su tradición católica

Por Silvia Álvarez-BuyllaTiempo de lectura4 min
Sociedad07-11-2010

El Papa visita la España menos católica de su historia. A pesar de ser un país tradicionalmente católico, que luchó contra las invasiones musulmanas y que peleó a lo largo de los siglos por preservar su identidad, el laicismo se apodera cada vez más de los españoles. Una prueba de ello son las manifestaciones en contra de la visita, las nuevas leyes aprobadas en las últimas legislaturas, el aumento de bodas civiles y la negativa del presidente del Gobierno de recibir a un jefe de Estado y acudir a los actos oficiales.

A veces los detalles lo dicen todo. O casi todo. Benedicto XVI llegaba a España el pasado viernes como peregrino a Santiago en el Año Santo y para consagrar la Sagrada Familia de Barcelona. Él mismo eligió los destinos. Miles de personas esperaban, desde hace semanas, la llegada del Sumo Pontífice. Salieron autobuses de todos los lugares de España, incluso de Francia y Portugal, repletos de personas que querían ver al Papa de cerca y que sentían, de verdad, la necesidad de estar con él y darle todo su apoyo. Sin embargo, al lado de este escenario sucedía otro en el que los actores, en algunas ocasiones, han mezclado o confundido la política con la religión y el respeto con la libertad de expresión. Así, las palabras de Papa han tenido que ser medidas para que se pronunciaran unas en castellano y otras en gallego o catalán y los críticos con la visita han optado por manifestarse con pancartas que decían: “niños venid, de los curas huid”, “Vaticano, Guantánamo mental” y “Clero abusón, contigo ni Dios”. Asimismo, los homosexuales han preferido besar a sus parejas mientras el Sumo Pontífice pasaba delante de ellos con el papamóvil y otros se han quejado del gasto que ocasionaba la visita, a pesar también de los beneficios que acarrea, con frases como: "Mis impuestos a papa machista, no". Zapatero se niega a acudir a los actos del Papa Pero la prueba del laicismo, cada vez más presente en España, la tiene también la reacción del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que opta por acudir al Desayuno de Oración con Obama y que recibe, por ejemplo, al presidente del Venezuela, Hugo Chávez, pero que se niega a rezar con los españoles y a recibir y a acudir a un acto oficial de un Jefe de Estado. Zapatero sólo se reunió con el Papa en el aeropuerto del Prat, algo que generó opiniones política muy distintas. Por un lado, el vicesecretario general de Comunicación del PP, Esteban González Pons, no entiende que el presidente "sea incapaz de asistir a una oración en Barcelona con miles y miles de españoles". Por otro lado, el líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, criticó que Zapatero "continúe arrodillándose" ante el Pontífice al ir a despedirle al aeropuerto y al elevar, previamente, del 0,5 al 0,7 por ciento la aportación a través del IRPF o al aplazar la Ley de Libertad Religiosa. Los representantes del Gobierno han sido el ministro de Fomento, José Blanco, que le ha correspondido estar en la misa que se ofició en Santiago de Compostela mientras Zapatero viajaba a Afganistán y el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, que estuvo el domingo en Barcelona. Matrimonios homosexuales, aborto y aumento de bodas civiles España y el Vaticano han tenido una relación complicada desde que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero puso en marcha la ley de interrupción del embarazo. El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, dijo en una entrevista al diario El País que al Vaticano le preocupan “las diversas posiciones del Gobierno sobre temas fundamentales, como la defensa de la vida y la familia, o la libertad religiosa”. Esa preocupación la ha manifestado el Papa durante su visita a España al resaltar el fuerte laicismo que se apodera de los ciudadanos y al defender el matrimonio y el derecho a la vida. Lo cierto es que mientras el fervor religioso llenaba a todas las personas que estaban cerca del Papa, fuera, las calles estaban más vacías de lo esperado y las manifestaciones, aunque no eran demasiado numerosas, se sucedían en distintos puntos de España. Poco a poco, este país es cada vez más laico. De hecho, España es pionera en la ley del matrimonio homosexual y durante la última legislatura ha aprobado la ley del aborto y ha presentado el proyecto de ley de libertad religiosa, que ahora ha pospuesto, pero que preveía, entre otras cosas, retirar los crucifijos de lugares públicos, no oficiar funerales institucionales católicos y que el jefe de gobierno no jure su cargo frente a un crucifijo. Todo ello en un Estado aconfesional (no laico), según la Constitución española, y de fuerte tradición católica. Sin embargo, a pesar de que el 73 por ciento de la población se declara católico, sólo el 14 por ciento dice ir a misa los domingos. Asimismo, por primera vez en la historia de España, el año pasado el número de matrimonios civiles superó al de los celebrados por el rito católico, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Próxima visita: la Jornada Mundial de la Juventud A pesar de esto, fueron muchas las personas que asistieron a la catedral de Santiago y a la Sagrada Familia de Barcelona y son muchos también los que esperan impacientes a que llegue agosto para ver de nuevo al Papa en Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Será el tercer viaje de Benedicto XVI a este país y está previsto que acudan alrededor de 600.000 jóvenes de fuera de España. Durante estos meses, se están ultimando los detalles de la visita y ya son 6.000 los voluntarios que están ayudando a que todo salga perfecto. Por este motivo, Benedicto XVI se ha despedido certificando su pronto regreso a España: "Os bendigo en el nombre del Señor. Con su ayuda, nos veremos en Madrid, el año próximo, para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud".