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TOROS

El Parlamento andaluz también admite una iniciativa para prohibir las corridas

Por Almudena HernándezTiempo de lectura1 min
Espectáculos12-09-2010

Si en Cataluña uno de los argumentos que se manejaba para prohibir las corridas de toros era que la afición no acudía a los cosos, este extremo no puede asegurarse tan a la ligera en Andalucía, una de las regiones más taurinas de España. Sin embargo, la Mesa del Parlamento de Andalucía ha admitido a trámite una iniciativa legislativa popular para prohibir las corridas de toros.

La iniciativa, presentada por la Asociación Protectora de Animales y Plantas (CIMA), busca cambiar la actual ley autonómica de protección de los animales para poner fin a las corridas de toros. En los cuatro próximos meses los antitaurinos andaluces deberán recoger 75.000 firmas para que el Parlamento andaluz pueda debatirla y votarla, si llegase el caso. Según informa el propio Parlamento andaluz, la iniciativa propone "la modificación de los artículos 2 y 4 de la Ley andaluza de protección de los animales con el objeto de incluir en dicho texto la prohibición en todo el territorio de la Comunidad Autónoma de las corridas de toros y los espectáculos de toros que incluyan la muerte o sufrimiento del animal". Mientras en Cataluña ya se están calculando las posibles pérdidas que tendría el sector al no celebrarse corridas de toros y cuando se están empezando a anunciar "festejos sin sangre" en la mismísima Ciudad Condal, Andalucía emprende el curso parlamentario con un debate político en el que parece haber más apoyo a la fiesta de los toros. De hecho, los representantes andaluces son conscientes de que las corrias de toros son un espectáculo muy seguido en esa comunidad autónoma, muy arraigado en su cultura e historia y productor de un importante volumen de ingresos, entre otros argumentos pro taurinos. Sin embargo, la desunión y falta de profesionalización que impera en el mundo taurino -como se ha visto en el caso catalán-, unida a la fuerza que ha ido adquiriendo en los últimos años el supuesto lobby taurino, obligan a observar la presentación de esta iniciativa con cautela. El tiempo y la agenda política darán la respuesta a esta nueva ofensiva contra un espectáculo de gran arraigo en la sociedad andaluza y española.