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YAK-42

Vicente Navarro, el general “misterioso”

Por Juan Heralta RodríguezTiempo de lectura2 min
España13-06-2010

Para algunos, frío y calculador, para otros, trabajador y leal compañero. Así es como le describen sus detractores y sus más allegados a Vicente Navarro Ruiz, general de Sanidad cuando ocurrió la tragedia que será recordado no por sus logros conseguidos, sino por ser el principal condenado del caso Yak-42 al falsear la identidad de 30 de los 62 militares muertos en el avión.

Vicente Navarro Ruíz murió esta semana a la edad de 69 años. Navarro era especialista en medicina interna, cardiología, aparato respiratorio y medicina del deporte, diplomado en vuelo por el Ejército del Aire y por la Fuerza Aérea de Estados Unidos, premio extraordinario del doctorado en la Universidad Complutense por la tesis Enfermedad coronaria en las tripulaciones aéreas y general de división del Cuerpo Militar de Sanidad. Para muchos, toda una inminencia en su campo. Es por eso, que se le tenía un gran respeto, hasta que una tarde a finales de mayo del 2003 esa visión que tenían de él para muchos cambió radicalmente. Ese mismo día tenía lugar el accidente militar aéreo más grave de España donde murieron 62 militares, de los cuales Navarro sólo reconoció a 32 y al resto les adjudicó identidades erróneas para acelerar el proceso. Con el paso del tiempo se destapó la verdad y la credibilidad de Navarro quedó en entredicho. Durante el juicio realizado el general afirmó que le "pudo bailar algún número. Puede ser. No hay nadie infalible. Los generales también se equivocan". Pero la Audiencia nacional y el Supremo sentenciaron que Navarro no se equivocó, sino que "actuó con conocimiento y voluntad de faltar a la verdad". Esta condena generó un movimiento de solidaridad entre los médicos castrenses que redactaron varios escritos al Ministerio para pedir su indulto. Incluso la Guardia Civil y la Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas pagaron los 300.000 euros de indemnización que debían abonar Navarro y sus dos subordinados a las víctimas del Yak-42. Pero su defunción era la crónica de una muerte anunciada, puesto que el pasado 25 de mayo la Audiencia Nacional suspendió su ingreso en prisión al tener Navarro "una enfermedad grave e incurable, en fase terminal" y que precisaba de "cuidados paliativos". Su muerte a los 69 años deja un montón de interrogantes sin responder, como la de porqué actúo así o porqué Federico trillo le encomendó la tarea de realizar la autopsia a los cadáveres cuando él únicamente era médico o incluso por qué no quiso acusar a nadie cuando se sabía que no fue únicamente responsabilidad suya.