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LITERATURA

La literatura homenajea al héroe que luchó contra el Apartheid

Por Marta G. BrunoTiempo de lectura2 min
Cultura01-02-2010

Nelson Mandela mereció el Premio Nobel de la Paz. Enseñó el sentido real de la democracia. Y así lo recuerda El legado de Mandela, de Richard Stengel. En España, este tipo de Estado se encuentra dañado por una crisis mal gestionada, que Leopoldo Abadía trata de enmendar con La hora de los sensatos. Pero la mente puede echar a volar hacia otros mundos en Historias de Londres, o recordar aromas en Sabor a canela.

Es el héroe de la lucha contra el Apartheid. El primer presidente negro de Sudáfrica. Y su figura legendaria queda retratada en El legado de Mandela, porque pocos hombres consiguen un mundo mejor, más equitativo, aquellos que sí merecen un Premio Nobel de la Paz. Su figura también es una pata importante para que se sostuviera el Mundial de Sudáfrica 2010. Mandela consiguió imponer la vía democrática en un continente perdido, gracias a un grado de sensatez envidiable. Ese mismo calificativo es que el que escoge el mediático economista Leopoldo Abadía en La hora de los sensatos para afrontar la crisis de la que parece que España no saldrá hasta 2011. Sólo queda el optimismo, aderezado con seguridad y precaución. Abadía no usa palabros, lenguaje económico, sino que se acerca a todos los lectores con similitudes de lo más original. Este ingeniero industrial es claro: el parado tiene que gastar 10 horas diarias de su tiempo para buscar trabajo, porque la esperanza es lo último que se pierde. Porque lo de confiar en el Gobierno para que nos ayude, mejor es dejarlo para otra época. Otros prefieren cerrar los ojos y encerrarse en su propio mundo, más bonito y enriquecedor. El periodista Enric González acerca su experiencia en Reino Unido en su obra Historias de Londres. Cada día implicaba una nueva pequeña historia que añadir a un diario-retrato inglés. González desgrana sus costumbres, historia y multitud de anécdotas que pocos libros de viaje podrán albergar en su interior. Y si los viajes contados en un libro transportan a otro mundo, también lo hacen los olores. En Sabor a canela, José Carlos Carmona deja el chocolate para hablar de una niña que quería ser directora de Orquesta en todo un poema sinfónico que relata el mismo sueño que él siempre ha perseguido y que mucho tiene que ver con la música. El misterio está en su relación con la aromática canela.