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FÚTBOL SALA

La República Checa fue un 'juguete' y España se jugará el título con Portugal

Por LaSemana.esTiempo de lectura2 min
Deportes28-01-2010

La selección española fue un vendaval de buen fútbol sala en la semifinal del Europeo y la República Checa sufrió las consecuencias. El equipo centroeuropeo quedó debastado por la brillantez de los de rojo, que humillaron a su oponente por 1-8 y disputarán su sexta final continental, en busca de su quinto título. Su rival será Portugal, a quien ya ganaron en la primera fase, que derrotó a Azerbaiyán en los penaltis.

El conjunto de José Venancio López se acercó a la perfección con su fútbol de salón y combinaciones. La selección rindió de forma magistral y además, mandó un recado a la UEFA, después del intento de atraco vivido en los cuartos de final. El penalti de Javi Rodríguez todavía le dolía al cuadro español, que salió como un obús a por los checos. España no tuvo problemas, llevó el peso del encuentro y manejó al conjunto centroeuropeo a su imagen y semejanza. Buen parte de culpa la tuvo Carlos Ortiz, exquisito en los primeros compases del envite. No obstante, el primer tanto fue obra del gran capitán. Javi Rodríguez consiguió su gol número 98 como internacional gracias a un certero cabezazo tras un pase que nació en las botas del inconmensurable Kike Bonet. Estaba hecho lo más difícil, los checos sabían que sus posibilidades habían desaparecido en cinco minutos. España abusó de la posesión del balón como mecanismo de defensa. Así llegaron los tres siguientes tantos, todos ellos antes de alcanzar el descanso. Ortiz aprovechó un pase de tacón de Fernandao Maciel y Luis Amado hizo el cuarto desde su arco. En la segunda mitad, España no rebajó su halo de grandeza. La tetracampeona de Europa apostó por la continuidad de su estilo, con un pívot movible que otorgara velocidad al equipo. Entró entonces en acción el gran Borja Blanco. El ex de Móstoles hizo gala de la clase que atesora y, con una tranquilidad pasmosa, estableció el quinto con un enorme recorte. Era todo un festival, pero faltaban los tantos de Fernandao y Daniel Ibanes, sobre todo de éste último, que disputa su último compromiso con la selección tras un largo servicio de expediente inmaculado. Ambos acabaron cumpliendo, éste último por partida doble, y cerraron la fiesta con una sensación que ya se ha repetido hasta en seis ocasiones. La República Checa tuvo su particular premio con el gol de Martin Dlouhy, que maquilló el marcador, más propio de una fase de clasificación, que de una semifinal de un certamen europeo. España salió, jugó, se divirtió y ganó. Ahora toca refrendar la condición de favorito ante Portugal, a quién España ganó por 6-1 en la primera fase. Los lusos vivieron una nueva eliminatoria resuelta en los penaltis, y ya van cuatro -de seis partidos- en este Europeo. Thiago Rodrigues y Felipe permitieron a los azerbaiyanos llevar la iniciativa durante gran parte del encuentro. Pero Alberto dos Santos Cardinal y Joao Matos igualaron para los lusos. Pedro Costa pareció dar la victoria a Portugal en los últimos instantes, pero a un minuto del final Biro Jade forzó los penaltis. Ahí, bastó que Euclides Gomes, Bébé, detuviese un sólo lanzamiento para que, después de marcar todos sus intentos, los portugueses se metieran en la primera final de su historia.