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TENIS

España arrasa en la jornada inaugural y acaricia la Ensaladera

Por Álvaro DíazTiempo de lectura4 min
Deportes04-12-2009

El Palau Sant Jordi acoge una final de la Copa Davis 2009 en la que España se enfrenta a la República Checa con la esperanza de hacerse con la ansiada Ensaladera por segundo año consecutivo. Los primeros pasos de los nacionales no han podido ser mejores. Si Rafael Nadal se mostraba firme y seguro para aplastar a su rival Tomas Berdych, la épica remontada de David Ferrer frente a Radek Stepanek terminó de enloquecer a la afición española y reducir al mínimo las aspiraciones del rival. España se sitúa 2-0 en la final y los dobles pueden decidir quién es el campeón.

España 2 - República Checa 0 La final de la Copa Davis 2009 reunió en su primer encuentro a Rafael Nadal frente a Tomas Berdych. El Palau Sant Jordi fue testigo del gran juego del español, que logró el primer punto de la eliminatoria para España. Nadal venció a su rival por 7-5, 6-0 y 6-2. El estatus de gran final se sintió enseguida sobre el polvo de ladrillo. Las raquetas se movían dubitativas al son de unas mentes no menos temblorosas. Pero si hay situación alguna donde el tenista español se crezca y brille a la altura de lo esperado, es en partidos como éste. Si Rafa lograba en el primer juego un break sobre su rival, éste respondía en el siguiente restaurando las tablas. Berdych se quitaba tensión de encima con golpes vehementes desde el fondo de la pista, cuya rotundidad frenaba Rafa con sosiego y mucho ánimo, suyo y de un público entregado. Así, después de más de una hora, el manacorí lograba templar nervios y se llevaba el primer set por 7-5. El sol empezaba a asomar en un día que empezaba bastante nublado. La segunda manga empezó con un juego en blanco a favor de Nadal, que conseguía de nuevo empezar con una rotura el set. Pero esta vez el checo no logró reponerse, y Nadal se alejó enseguida en el marcador. El de Manacor parecía omnipresente sobre la pista, y Berdych a duras penas lograba devolver alguna que otra bola. El resultado no podía ser otro que un 6-0 para el tenista nacional. Pero el rival del español salió en la tercera ronda dispuesto a que su última bala fuese la que más daño causara. De hecho, por momentos las alarmas locales se encendieron ante su aparente mejoría. Todo fue un mero espejismo. Nadal agarró con fuerza su raqueta y, de nuevo, consiguió un break inicial, y en el tercer juego repetía de nuevo la gesta. Lo demás fue un paseo del manacorí hasta el 6-2 final. Set y partido: el primer punto de la final caía en el casillero español. Ferrer se convierte en leyenda ante Stepanek El segundo encuentro de la final citó a David Ferrer frente al número uno checo, Radek Stepanek. El partido se recordará por las más de cuatro horas que duró, por el incesante empuje de la afición española y, sobre todo, por la épica remontada del tenista nacional. Los primeros compases del encuentro hicieron de Ferrer un manojo de nervios. El alicantino fue en las dos primeras mangas una mera sombra de su auténtico potencial. Numerosos errores no forzados, un servicio gris y la cabeza en no se sabe dónde, hicieron de los dos primeros sets un infierno para el de Jávea. La evidencia de tan pésimo arranque fue que el español logró tan sólo un juego a favor con su servicio en los dos primeros parciales. España perdía por 1-6, 2-6, pero aún quedaba un último intento. Ferrer hizo que el público se olvidara del desacertado inicio y se tornó en un ciclón capaz de la remontada. El español redujo considerablemente sus errores y se agarró con fuerza a la pista. No había bolas imposibles ni golpes que no intentara. La resurrección del nacional se vio nutrida, asimismo, por un ingente número de dobles faltas de Stepanek. Y así, entre más y más aplausos, David dibujó un doble 6-4 en el luminoso, que devolvía las tablas al encuentro. Una mente fría pero, sobre todo, un físico solvente, serían las claves que posibilitarían la victoria de uno u otro tenista. En el set definitivo, con todo, volvieron de nuevo las dudas. El checo ganaba con cierta comodidad su servicio y los saques del español, por el contrario, parecían un suplicio. La igualdad en el marcador era máxima. Sin embargo, en el momento clave, Ferrer lograba un break que le ofrecía la posibilidad de ganar con su servicio. El jugador local esta vez lo tuvo claro. Sirvió con maestría y se llevó un juego en blanco, que le daba a él un épico triunfo por 1-6, 2-6, 6-4, 6-4 y 8-6, y a los de Albert Costa su segundo punto en la final. La Ensaladera puede pintarse con tintes nacionales si este sábado no falla el dobles.