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TELEVISIÓN

La crisis de Telefónica Admira se agrava por el éxito de ‘Operación Triunfo’

Por Elena VillegasTiempo de lectura2 min
Comunicación14-02-2002

Los responsables de Antena 3 que rechazaron el programa que más éxito ha cosechado en los últimos diez años a cambio de Confianza Ciega han contribuido a incrementar el desprestigio que sufre la operadora desde el escándalo de Alierta.

Trece millones de espectadores y un share de pantalla del 60 por ciento durante la gala del lunes, es el último éxito de Operación Triunfo, programa de TVE producido por Gestmusic que se ha llegado a convertir en todo un fenómeno social. Luis Velo es el responsable que desechó para Antena 3, canal de Telefónica Admira, propietaria, a su vez, de Gestmusic, a Operación Triunfo a favor de Confianza Ciega. Es seguro que, a partir de ahora –hasta no se sabe cuándo-, los directivos de las cadenas de televisión se esforzarán en ofrecer un tipo de programas socialmente aceptables –aunque el objetivo último no varíe-, como ya ocurrió, hace años, con Farmacia de Guardia, de Antonio Mercero, que marcó un hito en la producción nacional de las series de ficción. El esfuerzo de los concursantes, que han dado su primer paso de gigante para conseguir su sueño, y del pueblo natal de cada uno de ellos, es uno de los aspectos que más entusiasma a los seguidores del programa. Así, la Plataforma de Apoyo a Favor de David Bustamante, dirigida por su tío, Florentino Hoyos, es un factor decisivo en el hecho de que el joven cántabro se encuentre entre los tres ganadores, pues se ha dedicado a recaudar dinero con el objetivo de llamar el mayor número de veces posible para que su conciudadano llegara a la final de Operación Triunfo. 1.500 por hora es el número de mensajes enviados, el domingo 10, para secundar a Bustamante. El resultado es el 18,8 por ciento de los votos o, lo que es lo mismo, tercer finalista. San Vicente de la Barquera ha tenido mucho que ver en la, según algunos, injusta desclasificación de Chenoa, pues se han registrado 24 móviles que enviaron una media de 7.000 mensajes por hora, con lo que un trabajo de tres horas con esos móviles supone la diferencia exacta de votos que separó al clasificado cántabro de la eliminada Chenoa. Mientras España continúa con la resaca de la gala final y se muerde las uñas pendiente de quién irá a Eurovisión, en otros países, como Portugal, comienzan con su nueva experiencia televisiva.