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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Una medida realmente necesaria

Fotografía
Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional25-10-2009

Afganistán ha dado un paso más hacia la democratización. No era sencillo, pero ha demostrado que tiene ritmo firme en un camino sinuoso y lleno de dificultades. La decisión de celebrar una segunda vuelta en las elecciones presidenciales es lo correcto, sobre todo después de que las sospechas y pruebas de fraude en la primera votación hubieran aumentado durante las pasadas semanas. Para muchos, lo más fácil hubiera sido que el actual presidente, Hamid Karzai, se mantuviera en el poder –de hecho fue el más votado, pero no lo suficiente para evitar una segunda ronda–. Karzai lleva años en el cargo y ha sabido mantener una posición discreta y medianamente efectiva en un territorio tan convulso como el afgano. Además, su actuación era bien vista por la mayoría de la Comunidad Internacional. Sin embargo, aunque, a priori, sea más costoso, hay que predicar con el ejemplo, por lo que no se puede querer llevar la democracia a un país e intentar saltarse sus normas básicas. La ONU, dado el éxito de sus observadores en la primera ronda electoral, ha decidido reemplazarlos. Se trata de una medida lógica pero que también debería llevar a Naciones Unidas a plantearse cuál es su papel en las Relaciones Internacionales actuales. Esta institución tuvo su importancia en un contexto histórico ya superado y parece que no le queda otra que adaptarse o quedar relegada a un segundo o tercer plano. El proceso que se vive en Afganistán es apasionante. La población va a volver a acudir a las urnas y a determinar el candidato que creen más adecuado para gobernar el país. Salga quien salga elegido no lo va a tener fácil ante el avance talibán y la coyuntura afgana, pero se habrá dado un paso más hacia adelante y eso siempre es positivo.