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EUROBASKET

España aplasta a Serbia y se corona campeona de Europa

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura3 min
Deportes20-09-2009

Un oro mundial, una plata europea, una plata olímpica y ahora, al fin, el oro europeo. La selección española se quitó los estigmas que Rusia, sólo dos años antes, le había grabado en la piel. España completó otro partido prácticamente perfecto, uno más en la fase final de este Eurobasket, para derrotar a Serbia y conquistar la presea dorada que con más fuerza se le había resistido. Ahora, el trono europeo pertenece también a la generación de oro del baloncesto nacional.

Con la maldición a cuestas de haber perdido las seis finales de Eurobasket que había disputado anteriormente, los hombres de Sergio Scariolo se conjuraron para desarmar el juego de su rival y mandar desde el comienzo. Serbia, que durante todo el campeonato había asentado su éxito en una férrea defensa, recibió su propia medicina. España asfixió a su oponente desde el salto inicial, con buenas ayudas para controlar a los pívots contrarios y una gran concentración para evitar lanzamientos exteriores fáciles. La ambición y las ganas de hacerse con el oro quedaban patentes en cada esfuerzo y se reflejaron también en los buenos porcentajes de lanzamiento, gracias a los cuales España empezó a marcar las diferencias. Juan Carlos Navarro y Rudy Fernández fueron una pesadilla para los defensores serbios. Ricky Rubio y Raúl López dirigieron a la perfección los ataques. Y Pau Gasol, aunque muy marcado por Nenad Krstic, se dejó la piel bajo los aros y acabó encontrando numerosos huecos por los que herir a Serbia. Los de Dusan Ivkovic apenas tuvieron unos minutos en los que, a base de brega, creyeron poder controlar a España. Pero fue un espejismo. El dominio aplastante del rebote, la buena defensa, los acertados contraataques, el acierto en los triples y la clase de Gasol lanzaron a la selección española, que ya en el segundo cuarto superó los veinte puntos de ventaja. Y al descanso se llegó con un cómodo 50-26 en el electrónico. A la vuelta del vestuario, Serbia aumentó la intensidad defensiva para intentar reconducir la situación. Durante unos minutos la táctica funcionó. España se atascó ligeramente, los serbios encontraron espacios en ataque y las diferencias se redujeron hasta 14 puntos. Pero, cuando el viento soplaba en contra, Scariolo ordenó presionar en toda la cancha y las ideas de Serbia volvieron a ofuscarse. Incluso con Pau Gasol en el banquillo –al catalán le pesaron los muchos minutos disputados a lo largo del torneo– España demostró su superioridad. Marc Gasol, beneficiado por la visión de juego de sus compañeros y de los desajustes defensivos serbios, suplió a la perfección a su hermano durante casi diez minutos seguidos entre el final del tercer cuarto y el comienzo del último. Ello y las genialidades de Rudy dejaron el marcador en 67-44 para el inicio del parcial definitivo. En esa tesitura, Scariolo incluso se permitió el lujo de dar minutos a los menos habituales. Y acertó al introducir a Carlos Cabezas, que aportó una gran intensidad en defensa y sumó dos triples consecutivos que acabaron de hundir a Serbia. Con la ventaja rondando los 30 puntos, el seleccionador dejó en pista a los jugadores que menos minutos habían disputado en el torneo y en el banquillo comenzaron las celebraciones. Un halley-hoop de Víctor Claver en los últimos segundos desató definitivamente la euforia. El marcador final fue de 85-63. Pau Gasol acabó con 18 puntos y 11 rebotes y recibió el premio al Jugador Más Valorado (MVP) del torneo. Los chicos de oro de Lisboa, junto sus herederos predilectos, cerraron un ciclo victorioso con la medalla que más ansiaban, la que Rusia le había birlado sólo dos años antes. Con un oro mundial, un oro europeo, una plata olímpica y otra plata continental, Pau Gasol y compañía siguen escribiendo las líneas de una gloriosa historia.