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EUROBASKET

España alcanza la final tras humillar a Grecia en otro partido 'de libro'

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura2 min
Deportes19-09-2009

España volvió a hacer sonar las cornetas para lanzarse a una encarnizada batalla que le permitiera alcanzar la final del Eurobasket. La garra, la intensidad defensiva y el derroche de cualidades físicas fueron, como ante Francia, las claves para que el equipo de Sergio Scariolo pudiera desarrollar su mejor juego. Grecia, incapaz de derribar la muralla española y frustrada por el acierto en el lanzamiento de su rival, acabó resignada. Tras firmar, por segunda ocasión, consecutiva un partido de manual –82-64 al final–, la Roja disputará el encuentro por el oro ante Serbia con la moral por las nubes.

Al igual que contra Francia, España inició el partido convencida de que una defensa asfixiante sería clave para lograr el triunfo. Ricky Rubio, como hiciera con Tony Parker, anuló por completo a Vasilis Spanoulis, el cañonero de los griegos. Mientras, el resto de jugadores defendían también muy encima y cortaban las líneas de pase, lo que propició que el contraataque se convirtiera en la principal arma del conjunto español. Así, mediado el primer periodo, los de Scariolo empezaron a despegarse en el marcador. Pau Gasol, como de costumbre, fue el referente ofensivo. Aunque en ataque primaron el dinamismo y las combinaciones de equipo sobre las acciones de uno contra uno del catalán. Los pívots helenos, muy fuertes en el rebote y en la labor de brega, renquearon más al defender los bloqueos, y gracias a ello Juan Carlos Navarro y Rudy Fernández pudieron lucirse tanto anotando como asistiendo. Las diferencias se consolidaron en torno a los diez puntos y al descanso se llegó con un engañoso 49-40 –fruto de una técnica a Scariolo–, aunque daba la impresión de que España podía ir ganando por una renta mucho mayor. El paso por los vestuarios no aclaró en absoluto las ideas a Grecia y tampoco redujo el nivel de intensidad de los españoles. Los pupilos de Scariolo mantuvieron una presión constante sobre los exteriores griegos, obligándoles casi siempre a jugársela solos ante dos contrarios y concediendo el triple a los hombres altos, quienes no acertaron desde dentro ni desde fuera. Spanoulis se obcecó en liderar cada ofensiva. Pero sus acciones, muy bien defendidas por Ricky y Carlos Cabezas, concluían casi siempre en un contraataque hispano. La superioridad de España fue tal que, en el parcial final, hasta los hombres de banquillo se sumaron a la fiesta. Sergio Llull, Álex Mumbrú y Cabezas aportaron todavía más garra, más robos y buenos porcentajes de tiro. Grecia bajó los brazos y, gracias a ello, el electrónico llegó a registrar ventajas de más de veinte puntos. Los titulares, incluso, pudieron descansar para la inminente final del domingo. Y el tanteo, tras unos minutos de trámite, se quedó finalmente en 82-60. Además, Pau Gasol lideró nuevamente las estadísticas –18 puntos y 11 rebotes– y dio un paso más para ser elegido como el mejor jugador del torneo. Lo conseguirá si la selección consigue ganar a Serbia, que doblegó a Eslovenia en la prórroga (96-92) e intentará repetir un triunfo sobre España que ya logró en la primera fase.