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EUROBASKET

España recupera las buenas sensaciones antes de los cuartos de final

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura3 min
Deportes16-09-2009

La selección española se redimió en los dos últimos partidos, cuando una sola derrota les hubiera obligado a hacer las maletas, para afrontar con mayor ilusión la fase final de un Eurobasket que se había convertido en un calvario. La derrota ante Turquía puso a los de Sergio Scariolo al borde del precipicio. Pero, cuando más cercana parecía la caída, los jugadores sacaron a relucir su mejor baloncesto y humillaron a Lituania y Polonia para meterse en cuartos de final. Allí, espera una Francia que se mantiene invicta tras seis partidos.

Las dudas sembradas por España durante la primera fase del Eurobasket se prolongaron ante Turquía. Conscientes del mal juego que habían desplegado hasta entonces, los de Scariolo trataron de mejorar contra los otomanos. Pero se toparon de bruces con el poderío físico de los pívots rivales. En la cruda batalla bajo los tableros apenas sobrevivió Pau Gasol, autor de 16 puntos. Pero su aportación fue insuficiente para desenmarañar la red defensiva de los turcos. En el perímetro, Rudy Fernández fue el único acertado. La gran lacra de España estuvo de nuevo en la posición de base, en la que los directores de juego contrarios, con Kerem Tunçeri a la cabeza, dieron toda una lección. Aún con todo, España llegó con opciones de empatar en la última jugada. Scariolo –en una decisión que luego criticaría hasta Marc Gasol– decidió que la canasta decisiva se la jugara el joven Sergio Llull con una penetración, pues Turquía estaba defendiendo con cuatro hombres. Pero el menorquín recibió un tapón, probablemente en falta, y España volvió a paladear la amargura de la derrota (63-60). Después de confesar sus pecados en una rueda de prensa a la que comparecieron presidente, entrenador y capitán, España, conjurada para lograr una clasificación para cuartos que tenía muy complicada, tuvo su primera bola de partido ante Lituania. Y las cosas no empezaron nada bien. El primer cuarto fue una demostración de todos los problemas que la selección había arrastrado hasta entonces: falta de intensidad defensiva, lagunas de concentración, bajos porcentajes de tiro,… El segundo parcial comenzó con los de Scariolo nueve puntos abajo. Pero entonces, seis minutos de inspiración en los que España consiguió un parcial de 23-0, hundieron totalmente a los lituanos. La presión en toda la cancha y la agresividad defendiendo los ataques estáticos nublaron las ideas de los de verde, que a partir de ahí fueron incapaces de reaccionar. Gracias a ello, España pudo darse un homenaje, con Gasol de nuevo como principal estilete, y disfrutó de una cómoda victoria por 84-70. La redención definitiva llegó ante la anfitriona, Polonia. Era un choque de máxima intensidad, pues quien perdiera quedaría apeado de la competición. Y España respondió con la mayor profesionalidad desde el primer momento. La anarquía reinó en los minutos iniciales. Pero con Raúl López en la cancha, la Roja impuso su orden y empezó a abrir diferencias en el marcador. Gasol y Juan Carlos Navarro lideraron una ofensiva en la que prácticamente todos los jugadores del equipo pudieron aportar cosas positivas. Polonia, un rival muy desgastado a esas alturas del torneo por la poca profundidad de su banquillo, apenas opuso resistencia. Al descanso, la ventaja era ya de 16 puntos y, a partir de ahí, todo fue espectáculo. España recuperó su mejor juego, se gustó y endosó a los polacos un sonrojante 68-90 que pudo ser aún mayor. Los jugadores españoles volvieron a sonreír después de haber sufrido todo un calvario en los días anteriores y comenzaron a pesar en el duelo de cuartos de final. En ellos deberán medirse al líder del grupo E, Francia, que todavía no conoce la derrota en la competición.