JUEGOS OLÍMPICOS
Organigrama sencillo y mejor comunicación, asignaturas pendientes de Madrid
Por Ángela González Rodríguez3 min
Deportes04-09-2009
Seguir el ejemplo de organización y dirección de Barcelona 1992 , ‘aclarar’ el organigrama y perfilar la estrategia de lucha contra el dopaje son los principales escollos que debe salvar la candidatura de Madrid 2016 para hacerse con la designación olímpica.
El informe de la Comisión de Evaluación del COI sobre la candidatura de Madrid 2016 –recientemente publicado- ha sido claro: hace falta un organigrama claro y cohesionado para la dirección y gestión del proyecto olímpico y depurar la estrategia de lucha contra el dopaje. La estructura de la Administración española –estatal, autonómica y local – ha avivado las dudas de los evaluadores del Comité Olímpico Internacional (COI) sobre el organigrama del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos (COJO) de Madrid 2016. Los responsables de evaluar todas las candidaturas olímpicas no tienen claro quién será el responsable durante la transición entre la designación de la sede y la creación del COJO o, en caso de resultar elegida, qué institución o Administración se hará cargo de la gestión post-juegos. Los miembros del COI han hecho especial hincapié en la confusa asignación de responsabilidades prevista para el consorcio de transición propuesto para que actúe desde la designación como sede hasta la creación del COJO. No obstante, los responsables del proyecto madrileño ya han salido al paso, asegurando que todas las instituciones y autoridades se implicarán a fondo para explicar con detalle cómo funcionará la triple administración –local, regional y nacional– de cara a asegurar una organización transparente. De acuerdo con la valoración recogida en este informe, Madrid 2016 es la candidata que cuenta con mayor apoyo popular e institucional, por lo que hay firmes esperanzas de convertir este ‘contra’ en un ‘pro’. Preocupación similar existe sobre los “retos de tipo organizativo y financiero” que podrían surgir como consecuencia de la estructura administrativa española, principalmente retrasos y, en consecuencia, presupuesto y financiación adicionales. Para salvar este escollo, desde Madrid 2016 han hecho referencia a otros eventos deportivos internacionales celebrados en España y, muy especialmente, a la experiencia de Barcelona 1992. La existencia de un posible conflicto entre la legislación española antidopaje y la normativa de la Agencia Mundial Antidopaje también ha generado dudas entre los miembros del COI, quienes opinan que “no está claro que la legislación española antidopaje esté en consonancia” con el código internacional. Alberto Ruiz Gallardón asegura que “el Gobierno de España garantiza que, si Madrid es nombrada Ciudad Anfitriona de los Juegos, instará los procedimientos oportunos y adoptará las iniciativas legislativas apropiadas para que sean de aplicación en España el Código Mundial Antidopaje y la normativa antidopaje del COI que se encuentren vigentes durante la celebración de los Juegos”. Pero si ha habido una crítica severa al proyecto madrileño ha sido la obtenida por las presentaciones y la documentación aportada durante la visita de la Comisión: “calidad dispar” frente a la “very high quality” de Río de Janeiro, y las “high quality” de Tokio y Chicago. Para luchar contra esta calificación, los organizadores de Madrid 2016 se aferran a sus puntos fuertes, ensalzados por el Comité de Evaluación: un proyecto de Juegos Paralímpicos completamente integrado y un proyecto “altamente compacto” que ya cuenta con 23 de las 33 sedes previstas. Prueba de ello es que la Comisión ha valorado especialmente el plan de regeneración y ordenación urbana que forma parte de la propuesta y que se ha traducido en un apartado especial para alabar el plan de legado olímpico de Madrid, única ciudad merecedora de esta distinción. Ahora queda esperar al veredicto del COI, que se hará público la primera semana del próximo mes de octubre y trabajar en las alegaciones sobre los puntos débiles detectados por los evaluadores.