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HONDURAS

Aumentan las desavenencias entre Zelaya y Micheletti

Por G. MartínezTiempo de lectura2 min
Internacional17-07-2009

Manuel Zelaya fue expulsado de Honduras a finales del pasado mes de junio, antes de que se celebrase un referéndum por el cual su permanencia en el poder podía perpetuarse en el tiempo. Su puesto lo ocupó Roberto Micheletti, antiguo aliado del depuesto mandatario y, hasta la consecución del golpe de Estado, presidente del Congreso hondureño.

Las desavenencias entre el presidente depuesto Manuel Zelaya y su sustituto Ricardo Micheletti, y entre sus respectivos partidarios tienen a Honduras al borde de un precipicio. Tras el rechazo de la Comunidad Internacional al nuevo régimen hondureño y los numerosos disturbios acontecidos, el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, se ofreció como mediador para guiar una negociación entre Zelaya y Micheletti. Sin embargo, pese a que se reunió con ambos, no consiguió que el depuesto mandatario y el presidente de facto se vieran las caras. Aún así, Arias ha vuelto a convocar a ambas partes para continuar el diálogo y propone un plan político; aunque nadie da su brazo a torcer: Zelaya y su delegación piden el retorno incondicional al poder para que se respeten diversas resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Organización de Naciones Unidas; y Micheletti y sus partidarios están dispuestos a dejar regresar al ex presidente, siempre y cuando se enfrente a la Justicia hondureña. Si las desavenencias entre ambos, mantienen en vilo al país centroamericano y a la Comunidad Internacional, las declaraciones que realizan ante los medios caldean aún más el ambiente. Zelaya, en una visita a Guatemala, hacía público un llamamiento a la insurrección de la población hondureña para forzar la salida del Gabinete de Micheletti. Durante su alocución, el depuesto mandatario, esgrimió que “la insurrección es un derecho constitucional del pueblo de Honduras”, recogido en el artículo 3 de su Carta Magna y que el actual Gobierno sólo se sostiene “por el temor a la violencia y la fuerza de las armas”. Mientras, el actual presidente en funciones, Roberto Micheletti, ha afirmado que Zelaya no regresaría al poder “bajo ninguna circunstancia”, que sólo abandonaría el cargo si éste no regresaba al país y que si regresaba debía enfrentarse a los tribunales, aunque no descartó una posible amnistía para el ex mandatario. Más problemas para Micheletti El nuevo Gobierno de Honduras no cuenta con el beneplácito de la mayor parte de la Comunidad Internacional, primero diversos países europeos y americanos llamaban a consultas a sus embajadores en Tegucigalpa, después la OEA expulsaba a Honduras de la organización y ahora la Comisión Europea (CE) ha decidido congelar las ayudas presupuestarias -un total de 223 millones de euros- al Gobierno de Micheletti, aduciendo que los problemas internos de Honduras, pueden desestabilizar toda la región. Además, la actuación del Gabinete de Micheletti en contra de algunos medios de comunicación (la Policía retuvo a varios periodistas venezolanos durante horas), el éxodo masivo de población hondureña hacía México o la decisión de Micheletti de destituir a 16 diplomáticos, entre los que se encuentran los embajadores ante la OEA, las Naciones Unidas, Venezuela u otros países latinoamericanos como Ecuador o Cuba, perjudican aún más la imagen del régimen golpista ante el exterior.