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CICLISMO

Contador se hace fuerte en las alturas

Por Álvaro DíazTiempo de lectura3 min
Deportes12-07-2009

La llegada de la montaña ha devuelto la emoción al Tour de Francia y la vitola de favorito al español Alberto Contador. El de Pinto es segundo y en la séptima prueba dejó claro quién manda en el Astana. Fabian Cancellara cedió finalmente el maillot amarillo a Rinaldo Nocentini, actual líder de la ronda gala.

La tercera etapa del Tour recorría 196 kilómetros entre Marsella y Le Grand Motte. Entre otros incidentes, la ruta dejó clara la confusa rivalidad que mantienen dentro del Astana Alberto Contador y Lance Armstrong. Comenzó la carrera y, enseguida, Samuel Domoulin y Maime Bouet protagonizaban la escapada del día, que tocaría a su fin al falta de 27 kilómetros para el final. Fue en ese momento cuando el grueso se rompía en dos, y Contador veía cómo su equipo le dejaba tirado y marchaba en cabeza junto con Armstrong. La victoria fue finalmente para Mark Cavendish. Tras él llegaron Cyrill Lemoine y Fabian Cancellara. Este último conservaba su puesto al frente de la general, seguido por Tony Martin y Armtrong. Por su parte, Contador perdía la segunda plaza y 40 segundos ante el estadounidense. En la siguiente jornada le llegó el turno a una contrarreloj por equipos, en Montpellier. Tras un recorrido de 39 kilómetros, el equipo Astana, con Armstrong y Contador al frente, se llevaban la prueba, por delante del Garmin y el Saxo Bank. Sin grandes novedades en la general, Cancellara seguía como líder. La quinta etapa de la ronda francesa arrancó desde Cap D´Adge y desplegó 196 kilómetros hasta Perpiñán. Con los favoritos un tanto amilanados por el viento lateral que amenazó durante la prueba, la fuga del día logró que Thomas Voeckler lograra un triunfo en solitario, sin que el que el grueso de ciclistas lograra darle caza. Mijail Ignatiev logró ser segundo y Mark Cavendish llegó tercero a la meta. Con todos los favoritos atrás, la clasificación general no sufrió cambios relevantes. Cancellara seguía en posesión del maillot amarillo. Al día siguiente llegaban los 181,5 kilómetros entre Girona y Barcelona. Una temprana fuga, con corredores como Sylvain Chavanel y Stephane Augé, parecía prometedora. Sin embargo, superado el último puerto del día, el de Conreria, el pelotón daba caza a los aventureros. Así, llegaba el momento de que los sprinters sacasen todo su potencial a relucir. Óscar Freire se rozó un primer puesto que acabó llevándose Thor Hushovd, siendo el español segundo. Su compatriota Joaquín Rojas cerró el podio en tercer lugar. Con esto, Cancellara seguiría líder a la espera del ciclismo de altura. La primera etapa importante de montaña en este Tour no pudo dar mayor espectáculo. En primer lugar la escapada del día encontró fruto con la victoria de Brice Feillu. Atrás quedaban otros escapados, como Iván Gutierrez y Egoi Martínez, quienes no aguantaron los ataques en la ascensión a Andorra Arcalis. Con Feillu delante, en solitario, le llegó la hora a Contador. En los últimos kilómetros el de Pinto lanzaba un espectacular ataque, que dejaba a sus rivales jadeantes. Además, el español lograba 21 segundos sobre Armstrong (colocándose segundo en la general), y estar a seis del nuevo líder, Rinaldo Nocentini. Completaron la llegada a meta Christophe Kern y Johannes Fröhlinger, segundo y tercero respectivamente. Los aficionados españoles tuvieron que esperar hasta la octava etapa, que trancurría a lo largo de 176,5 kilómetros entre Andorra La Vieja y Saint Girons, para ver triunfar a uno de los suyos. Luis León fue el héroe español y, junto a Mikel Astarloza, permitieró que la fuga que arrancó en la ascensión al último puerto de la jornada, cuando aún faltaban 44 kilómetros para la meta, concluyera con la victoria del murciano, en la llegada a Saint Girons. Por lo demás, Nocentini seguía manteniendo el liderato en la general. La última etapa de la semana, que despedía los Pirineos, estuvo protagonizada por Pierrick Fedrigo y Franco Pellizotti, que tiraron de la escapada buena del día, y se disputaron la victoria final. En contra del disfrute de los aficionados jugó la pasividad de unos favoritos, que no reaccionaron en importantes puertos como el alto de Aspin y el Tourmalet. Ni siquiera los especialistas escaladores probaron fortuna. Así, tan sólo el final de etapa aportó algo de emoción a la jornada. Finalmente, Fredigo y Pellizotti encaraban la meta en solitario. El francés aguantó primero la embestida del rival, para acabar llevándose la victoria. Por lo demás, la clasificación general en cabeza continuó invariable.