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SERVICIOS SECRETOS

Zapatero muestra su confianza en Sanz Roldán al nombrarle nuevo director

Por Esteban del PozoTiempo de lectura3 min
España02-07-2009

Desde la llegada de Zapatero a la Moncloa, Félix Sanz Roldán, entonces general, ha ascendido de manera considerable a pesar de los cambios en el Ministerio de Defensa. Primero José Bono, luego José Antonio Alonso y ahora Carmen Chacón, todos han visto en el nuevo director del Centro Nacional de Inteligencia una persona moderada y de confianza para resolver problemas como la modernización del Ejército o gestionar crisis como la que originaron las declaraciones del general Mena sobre el nuevo Estatuto de Cataluña.

Se trata de una persona que, además de su vocación en el Ejército, la política y la diplomacia no han sido un ámbito ajeno a su trayectoria. Su ascenso en la escala militar ha ido de la mano de su vinculación con el Estado y el papel de la Nación en el exterior. Después de salir de teniente de artillería de la Academia General Militar de Zaragoza en 1966, sirvió en el Batallón de Instrucción de Reclutas en Aaiun (Sahara), el Regimiento de Artillería Lanzacohetes en Astorga (León) y en el grupo de Misiles Superficie-Aire ("Hawk") en San Roque (Cádiz). Sus superiores vieron en él a alguien dispuesto y trabajador, motivos que le alzaron a la Capitanía del Regimiento de Artillería de Campaña nº 11 en Vicálvaro, al Estado Mayor de la Brigada Acorazada XII en El Goloso y al Estado Mayor Combinado Hispano-Norteamericano, todos ellos en Madrid. A partir de aquí fue cuando el mundo de las relaciones exteriores llamó a su puerta y su profesión militar siempre ha estado ligada a la política y a las instituciones. Fue promocionado como comandante desarrollando su función en el cargo de agregado militar de la embajada de España en Washington. Además representó a España ante el mando de la OTAN en Europa, SACEUR, en Mons (Bélgica), fue jefe de Tratados Internacionales en la División de Planes y Organización del Estado Mayor del Ejército y de Relaciones con la OTAN /UEO en la Dirección General de Política de Defensa (DIGENPOL), y en 1998, ya en el Gobierno de Aznar, ascendió a general y fue designado subdirector general de Planes y Relaciones Internacionales en la DIGENPOL del Ministerio de Defensa. Así llegó el 2004 y comenzó su meteórica carrera ocupando los puestos de más importancia en el que el aparato de la defensa del Estado se refiere. El nombramiento de Bono, persona de su íntima confianza, como ministro de Defensa en 2004 le catapultó a la dirección general de Política de Defensa. Después de una etapa en el que el descontento de los militares por el accidente del yak-42 era latente consiguió calmar los ánimos. Al año siguiente fue nombrado por el Consejo de Ministros Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), en sustitución del almirante Antonio Moreno Barberá. Sanz accedió al cargo una vez completado el repliegue de las tropas de Irak y con la misión de avanzar en la modernización de las Fuerzas Armadas. En sus cuatro años de mandato al frente del JEMAD aprobó la Ley de la Defensa Nacional, la Ley de Tropa y Marinería y la Ley de la Carrera Militar, base de las Fuerzas Armadas del futuro. Se reconfiguraron las misiones internacionales, imponiéndose el modelo “humanitario”, y se afrontó un necesario aumento presupuestario. Esta etapa le sirvió para ganarse la confianza de todos, incluso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y del Rey de España, Juan Carlos I. Ahora la ministra de Defensa, Carmen Chacón, que durante el acto de sucesión en el cargo del JEMAD había asegurado que seguiría contando con su "colaboración leal" en un puesto de relevancia le ha nombrado director del CNI para templar los ánimos igual que hizo en el ejército en 2004.