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TERRORISMO

La banda cumple sus amenazas y pasa de la reflexión que anuncia Otegi

Por Esteban del PozoTiempo de lectura2 min
España19-06-2009

ETA cumplió su amenaza con otro atentado mortal, el primero bajo e el mandato del socialista de Patxi López. A pesar de que hace escasos días el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, insinuaba la posibilidad de una guerra interna dentro de la banda, la sección más dura se ha vuelto a imponer. La diana esta vez apuntó hacía los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y segó la vida del inspector de la Policía Nacional Eduardo Puelles.

El Gobierno de coalición entre PSOE y PP en el País Vasco escoció de sobremanera en todo el ámbito nacionalista y en la izquierda radical abertzale. Frente a esto sólo había dos salidas posibles, el diálogo o la intensificación de la lucha armada. Como siempre ha pasado a lo largo de la historia de ETA, cuando se ha dado esta posibilidad la apuesta por las armas siempre ha terminado imponiéndose. Así lo aclaró la banda nada más aterrizar el nuevo Ejecutivo de López amenazándole a él, a todos los que le apoyan y asegurando que la actividad terrorista aumentaría en todos los frentes. Pasaban los días y no se tenían noticias de intento de atentado alguno. Es más la legalización por parte del Tribunal Constitucional del partido Iniciativa Internacionalista-La Solidaridad entre los Pueblos (II-SP) se podía interpretar como un empujón al entorno proetarra al mundo de la política. Además, el tiempo seguía aclarando que el cambio en el País Vasco era un hecho real y que éste, junto con las herramientas que utiliza el Estado, seguiría asfixiando a la banda hasta llegar a su final. Es por esto que lo último que se sabía de ETA era la existencia de un debate interno sobre si mantener su postura de seguir matando o acercarse al Gobierno para comenzar una nueva etapa de diálogo. Así lo declaró el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, quien afirmó que se estaba produciendo un proceso de reflexión dentro del mundo proetarra que concluiría en otoño. Esta tesis también fue apoyada por Rubalcaba que dijo que era consciente del debate interno que se producía en la banda, pero que éste no va a condicionar las decisiones del Gobierno y que habría que esperar a ver cuál es la decisión que toma ETA. Así se llega hasta el viernes pasado en el que ETA, una vez más, decidió decantarse por los atentados y colocó una bomba lapa en Arrigorriaga, Vizcaya. Al igual que pasó con el atentado de la T-4 podría tratarse no de una postura compartida por todo el entramado etarra y sí del sector que defiende la lucha armada. No obstante desde ninguno de sus frentes se ha dado el paso de condenar esta última acción de los terroristas. El reflejo de esto es que el partido representante de la izquierda abertzale al que Otegi votó en las elecciones europeas, Iniciativa Internacionalista, no condenó el atentado y puso el acento en la necesidad de que el Gobierno español se acercase a ETA para retomar las conversaciones e iniciar un nuevo diálogo.