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BANCA

El BBVA cierra 150 oficinas y recoloca a 500 empleados

Por Bárbara ArenaTiempo de lectura1 min
Economía14-06-2009

La crisis ha traído consigo todo tipo de consecuencias, entre ellas se encuentran el descenso de la actividad bancaria. Y es que el sector financiero no se ha salvado de la debacle que ha supuesto la situación económica actual.

Esta caída en el negocio lleva consigo la existencia de un exceso de empleados y oficinas, como apuntan desde el Banco de España y el Gobierno. El BBVA ha sido la primera entidad en tomar cartas en el asunto. Desde el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria se ha tomado la decisión de cerrar alrededor de 150 oficinas para el 21 de junio con posibilidad de que este número aumente a lo largo del año. La entidad, que quedará al término del ejercicio con 3.200 sucursales, busca un recorte de gastos acorde con la situación económica actual. El propio banco aclara que se han anticipado al ajuste de la red que comenzaron en 2007 y que "este año nos quedaremos con la red adecuada con la que empezar a ganar cuota de mercado". Entre 2007 y 2008, el BBVA cerró 260 oficinas, en contraposición a las 2.311 abiertas en el sector. La medida ha obtenido buenos resultados y ha favorecido una mejora en la eficiencia de la compañía. Del resto de grupos, La Caixa es la que más oficinas tiene, con un total de 5.530 hasta marzo pasado. Le sigue el Banco Santander con 2.933; el Popular con 2.185, Caja Madrid, 2.168 y por último Banesto con 1.888. El grupo de oficinas escogidas para el cierre está formado por 115 sucursales de banca comercial, 15 de la división de empresas y otras 15 de Dinero Express, dedicada al negocio con inmigrantes. Todo ello supone el cinco por ciento de la red de la entidad. Ante la obligada pregunta de si los trabajadores de dichas oficinas engrosaran las ya largas listas del paro como consecuencia del cambio, el banco afirma que los alrededor de 500 afectados serán recolocados en otras sucursales. La Unión General de Trabajadores (UGT) se mostró descontenta con la estrategia por el desconcierto generado a los empleados y la falta de negociación.