SALUD

Realizado con éxito el primer transplante de cara casi completo

Por Paula López1 min

Sociedad06-05-2009

Cinco meses después de ser intervenida, Connie Culp mostró su rostro a los medios. Esta mujer, de 46 años, fue disparada por su marido en 2004 y perdió por ello parte de su rostro. La mujer carecía de estructura ósea, no podía comer, ni oler y tenía que respirar a través de un agujero en su tráquea.

Ahora, gracias a la intervención de la doctora María Siemionow, de la clínica Cleveland, en Ohio, Connie podrá tener una vida más o menos normal. La operación de esta mujer, realizada en diciembre, duró cerca de veintitrés horas, y en ella trabajaron once cirujanos. Le transplantaron casi el 80 por ciento de la cara, empleando tejido de una donante fallecida. Este fue el cuarto transplante de cara del mundo, pero el más completo, ya que además de piel, se incluyó el transplante de huesos, músculos, vasos sanguíneos y nervios. Fue también el primero en realizarse en Estados Unidos. Connie Culp había sido sometida previamente a una treintena de operaciones y, tras este transplante, se tendrá que someter a más, ya que los médicos le han implantado más tejido del necesario previendo que su cuerpo pueda rechazar algunas partes. El primer transplante de cara fue realizado en Francia en 2006 por el cirujano Jean- Michael Dubernard, y desde ese momento se han hecho ya cuatro en ese país (el último hace apenas un mes), uno en Estados Unidos (Connie Culp) y otro en China. En España ya se han dado los pasos para la realización del primer transplante de cara en el país. Se realizará en el hospital La Fe, de Valencia, y será el cirujano Pedro Cavadas el médico que coordinará y dirigirá el transplante con el equipo quirúrgico y médico del hospital después de que la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) haya dado el visto bueno a la petición. Por el momento hay varios candidatos a ser sometidos a esta operación por primera vez en España, pero un equipo experto tendrá que valorar, además de la necesidad física, la capacidad psicológica del paciente a someterse a una intervención así.