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JUSTICIA

Nueva versión de los implicados en el caso de Marta del Castillo

Por Paula LópezTiempo de lectura2 min
Sociedad21-03-2009

Parece que el caso de Marta del Castillo no avanza. Miguel Carcaño, autor confeso, ha cambiado tres veces su versión de los hechos en los últimos días. En la primera versión, Miguel confesó haber matado a Marta de un golpe en la cabeza con un cenicero y después, con la ayuda de Samuel y el Cuco, se habían desecho del cuerpo en el río Guadalquivir.

Esta es la versión que se mantuvo durante más días, pero en una nueva declaración Miguel admitió que tras matar a la chica, él y su cómplice se deshicieron del cadáver en un contenedor de basura. Luego se produjo un nuevo movimiento, el autor confeso acusó a el Cuco, el menor del caso, de haber matado a Marta asfixiándola pero, horas después la versión volvió a tomar un nuevo giro. En esta última declaración, Miguel admitió que él y su amigo, el menor de edad, habían violado a Marta antes de matarla, amenazándola con una navaja. El padre de Marta, ante esta situación, cree que los inculpados cambian sus versiones para ganar tiempo o como estrategia para proteger a alguien: "Ayer dijeron una cosa, hoy otra y mañana volverán a cambiar. Esto es un circo", dijo el padre de la joven. El abogado de Miguel Carcaño también se ha visto ante una situación desesperada y ha renunciado al caso, ya que cree imposible llevar a cabo una defensa coherente con tantos cambios de versión. Los familiares de Marta del Castillo se han movilizado y han iniciado una campaña de recogida de firmas para proponer un referéndum sobre la cadena perpetua, una campaña llamada "Todos somos Marta" que, según dicen, marcha "muy bien". Llevan alrededor de 800.000 firmas y podrían recopilar más. Cadena perpetua Este tipo de condena no existe en España, no se introdujo en el nuevo Código Penal, que se elaboró en 1995. La Constitución eliminó de la legislación la pena de muerte y la cadena perpetua y además, el artículo 25.2 estableció que las penas de prisión deben estar siempre orientadas "hacia la reeducación y reinserción social". Por lo tanto, si una persona fuese recluida de por vida en la cárcel, se estaría yendo en contra de la Constitución, negando estos derechos. El Código Penal español establece, en el artículo 76, que las penas máximas de prisión no pueden superar los 20 años, a excepción de algunos casos como los delitos de terrorismo, que pueden llegar a los treinta años de privación de la libertad. De esta manera, si en España ocurriese un caso como el de Josef Fitzl, el montsruo de Amstetten, a priori sólo se le podría condenar con 20 años de prisión.