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CIENCIA

El ADN del hombre y el chimpancé no coincide tanto

Por Tamara SantosTiempo de lectura2 min
Sociedad10-02-2009

Coincidiendo con el segundo centenario de Charles Robet Darwing, un grupo de científicos ha averiguado que al ser humano le separa una mayor distancia con el chimpancé de la que se había pensando hasta el momento. El ADN de ambas especies coinciden en un 89 por ciento, un 1,2 por ciento menos de lo que se estimaba.

Darwin lo tenía claro, las especies cambian a través de una selección natural para adaptarse al medio en el que habitan. Así aparece en su obra "El Origen de las Especies" que el 12 de febrero ha cumplido 150 años. Con esta teoría intentó demostrar que el hombre procede del mono, siendo su pariente más cercano el chimpancé, con el que nuestro ADN coincidiría en un 99 por ciento. "Seguimos siendo primos de los chimpancés, pero simplemente hay más diferencias de las que creíamos". Con estas palabras Arcadi Navarro, del Instituto de Biología evolutiva (Pompeu Fabra y CSIC) de Barcelona, se refería al nuevo descubrimiento que ha llevado a cabo un siglo después el equipo de científicos del Departamento de Ciencias Genómicas de la Universidad de Washington y del Instituto Médico de Howard Hughes, en EE.UU. y el Instituto de Biología Evolutiva del CIS y de la Universidad Pompeu Fabra, en España. Dicha investigación, publicada en la revista Nature, desvela que realmente el ADN humano se aproxima en un 89 por ciento al del chimpancé. De esta manera no sólo aumenta la distancia con esta especie en un 1,2 por ciento sino que además se han demostrado otras diferencias cualitativas. El material genético humano posee características únicas, cada especie tiene alguna particularidad. El hallazgo fundamental se encuentra en las duplicaciones del genoma, tal y como afirma Tomás Marques-Bonet, científico de la investigación. Hay regiones de ADN que se duplican enteras y se insertan en otro lugar durante el transcurso del ciclo celular. De este modo se van produciendo cambios en el organismo y la selección natural interfiere de forma rápida en ellos. Esta aportación, sin embargo, no asegura que estas regiones sean las responsables de los genes de la humanidad, pero si pueden conducir a las claves de enfermedades como la esquizofrenia, el autismo o el retraso mental, tal y como apunta Marqués-Bonet. Otra aportación importante ha sido la de averiguar el período en el que se produjeron un mayor número de duplicaciones segmentales, siendo este período hace seis millones de años, coincidiendo con la anticipación de la ruptura entre la línea evolutiva de humanos y chimpancés, en un periodo de entre doce y ocho millones de años. Los científicos apuntan a que dicha separación fue la clave para que la especie humana pudiese adaptarse al medio actual.