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ENTREVISTA: NACHO ABAD

“No voy a jubilarme dedicándome a esto, porque no creo que lo aguante”

Por Juan Heralta RodríguezTiempo de lectura3 min
Comunicación16-02-2009

El presentador de Rojo y Negro, Nacho Abad nació en Guadalajara y, a pesar de que de pequeño quería ser piloto, estudió Periodismo. Esto no fue algo vocacional, aunque poco a poco ha ido surgiendo esta vocación. Abad es un hombre que al que le gusta vivir el día a día, sin pensar en el futuro y no le gusta ponerse metas. Actualmente es uno de los referentes de la información de sucesos, aunque afirma que no se dedicará a ello durante toda la vida porque es muy dura la presión que tiene que aguantar.

Nacho Abad es conocido por la mayoría de la gente por ser uno de los colaboradores del Programa de Ana Rosa, en el que cuenta la última hora de todo lo referente a los sucesos, aunque desde diciembre está al frente del programa Rojo y Negro, también de Telecinco, el cual lo afronta con “mucha ilusión y mucho respeto” debido a que “ha sido la primera oferta seria” que le han hecho. El periodista afirma a LaSemana.es que “la investigación es una de las ramas del periodismo más difíciles, porque hay que averiguar lo que nadie te quiere contar” y tiene muy claro que no va a jubilarse dedicándose a esto porque no cree que pueda aguantarlo. Abad explicó que en el área de los sucesos hay que aguantar mucha presión. Una vez acabada la jornada laboral, Abad es de los que sigue pendiente del móvil por si ocurre alguna noticia de última hora, aunque le gustaría estar más tiempo con su familia ya que en este trabajo “resulta muy difícil poder compaginar la vida laboral con la familiar”. Abad, a pesar de no ser especialmente maniático antes empezar a hacer un programa, explica que en el estreno de Rojo y Negro antes de empezar el directo se fue al coche "a escuchar una canción" que le gustaba. Asimismo, en cuanto a la crisis económica, Abad dice que en la televisión no la ha notado, “pero en la vida diaria si”. En cuanto a la calidad de los programas de televisión actuales, él sólo asegura que intenta “darle la mayor calidad posible”. Su programa Rojo y Negro sufrió cambios de programación a principios de año. En enero, pese a tener buenos datos de audiencia, Telecinco no sabia donde ubicar su programa, aun así Nacho reconoce no haberle molestado este hecho “porque al fin y al cabo la cadena es la que manda”, pero reconoce que pasó “un poco de angustia”. . Abad afirma no ser un periodista de vocación Una vez acabado sus estudios de Bachiller, Nacho Abad decidió estudiar periodismo en la universidad Complutense de Madrid, aunque afirma que no es “periodista de vocación” ya que lo que realmente le gustaba en esa época era “la publicidad, imagen y sonido”. Con 18 años normalmente la gente suele hacer un viaje con los amigos a la playa, en busca de diversión y fiesta. Sin embargo, Abad no pensaba lo mismo, ya que con esta edad se compró un billete para ir a cubrir la guerra de Yugoslavía. “Tenía la sensación de que tenía que empezar hacer algo. Además, más que periodista, quería ser fotógrafo”, afirmó. A pesar de que Nacho era bastante independiente, su padre le dejó ir con la única condición de que le llamara todos los días y su madre no se enteró hasta que estuvo de vuelta, ya que por esas fechas se encontraba en Estados Unidos. El periodista afirmó a LaSemana.es que lo volvería a repetir, ya que “fue una experiencia muy bonita y muy enriquecedora” y de la cual aparte de conseguir una gran experiencia para el futuro, consiguió ganarse un dinerito al vender alguna de las fotografías que había hecho. Recuerda sus inicios como “muy difíciles” ya que al acabar la carrera “tenía absolutamente vértigo al mercado laboral”. Para desahogarse empezó a escribir de manera irónica todo lo que le pasaba, ya que tenía la “ilusión de que alguien algún día las leyera”, además de servirle “como terapia psicológica”. De ahí nació uno de sus libros, Diario de una becaria que, a pesar de que tardara casi dos años en vendérselo a una editorial, tuvo tanto éxito que se hizo una película sobre ella, que al periodista le pareció “desastrosa”. Aparte de este, ha escrito libros como Condenado a muerte en el que habla del caso de Javier Villanueva, un español que estaba condenado en Bolivia por un asesinato que no cometió. Para el periodista, escribir este libro fue “muy difícil” ya que al igual que los casos que suele tratar en su programa y en el de Ana Rosa, tiene que ponerse “una especie de coraza porque trabajar en el mundo del dolor es muy difícil y duro”.