Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

EXPOSICIÓN

Llega el Dalai Lama a Madrid con una muestra sobre la paz

Por Patrizia TenorioTiempo de lectura1 min
Cultura02-02-2009

Por fin llega a Madrid. La capital es la primera ciudad europea a la que llega una exposición de arte del Dalai Lama, después de haber pasado por Los Ángeles (2006), Nueva York, Chicago, Atlanta, San Francisco Y Tokio. El objetivo principal de esta muestra es la comunión de los que visiten la exposición con los valores que se representan, a través de la figura del Dalai Lama, para que se convierta en difusor de la paz.

The missing pace (La paz que nos falta), como se llama la exposición, presenta un gran recorrido por el arte contemporáneo y por las diferentes disciplinas que representa la pintura, la escultura, la fotografía, el vídeo, el cine, la instalación e incluso técnicas mixtas y arte textil. En total, 70 artistas son los encargados de plasmar en sus obras este icono mundial de la paz y de cambiar esa concepción del Dalai Lama como líder espiritual o político por la fuente de inspiración para el arte contemporáneo. La exposición se exhibe desde el 20 de enero en las salas de la Fundación Canal de Madrid. Estos artistas de las diferentes disciplinas se inspiran en la figura del Dalai para que el visitante pueda observar y a la misma vez mirar en su interior. Buscan la reflexión en el observador. Entre los ejemplos de la exposición, unos auténticos zapatos del Dalai Lama sirvieron de inspiración a la fotografa Sylvie Fleury para captar el aura del líder. Además, el artista Ryuichi Sakamoto presenta una instalación sonora basada en el resonar de una campana tibetana. Entre los trabajos de españoles convocados para la muestra, destaca Reencarnación 2005, obra del pintor sevillano Salustiano, elegida por la organización como la imagen de la muestra en toda su gira. En el cuadro, Salustiano presenta la imagen de una niña asiática acompañada de un fondo rojo proponiendo la idea del perdón mediante la reencarnación del Dalai Lama en una niña china, lo que uniría Tibet y China.