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MATERNIDAD

Los embarazos no naturales, una alternativa a la infertilidad

Por Paula LópezTiempo de lectura3 min
Sociedad08-02-2009

Que una mujer se quede embarazada es un hecho para el que está formado el cuerpo femenino, pero no todas pueden disfrutar de esa experiencia de manera natural. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que hay entre sesenta y ochenta millones de parejas infértiles en el mundo.

El problema puede estar tanto en el hombre como en la mujer, la fuente de infertilidad es exclusivamente femenina en el 30-40 por ciento de los casos y exclusivamente masculina en el 10-30 por ciento y la combinación de la pareja es la causa de la infertilidad en un 15-30 por ciento de los casos. Las razones más comunes son los trastornos ovulatorios (35 por ciento), la obstrucción tubaria (35 por ciento), endometriosis (20 por ciento) o causas desconocidas (10 por ciento). Para las mujeres o parejas en esta situación existen una serie de opciones que, de manera artificial, en algunos casos hacen que puedan tener hijos. Embarazos no naturales La fecundación in vitro es un método que nació en 1978 y a la que cada año se someten miles de mujeres. Esta técnica consiste en la fecundación de los ovocitos por los espermatozoides fuera del cuerpo de la madre. Tras esto, el ovocito fecundado se transfiere de nuevo al útero de mujer y se inicia el embarazo. Las posibilidades de éxito con esta técnica varían dependiendo de la edad de la paciente, siendo las mujeres de menos de 35 años las que más fácilmente se quedan embarazadas. Para asegurarse un mayor porcentaje de éxito, los especialistas suelen transferir varios embriones simultáneamente, por lo que el riesgo de embarazo múltiple es mayor. El procedimiento cuesta alrededor de nueve mil euros y, aunque es muy exitoso, puede producir mucho estrés y agotamiento físico y mental, ya que las madres deben someterse durante varias semanas a hormonas para estimular los ovarios y, en ocasiones, someterse a un proceso quirúrgico doloroso. Otro método es la inseminación artificial. En esta técnica el hombre produce una muestra de semen que es examinado y del que se seleccionan los espermatozoides más capacitados para una fertilización con éxito, después, con una cánula y de manera indolora, se transfieren los espermatozoides a la cavidad uterina para que se produzca la fertilización. Es un método que se emplea cuando el problema está en la calidad del semen o en el impedimento del pasaje de los espermatozoides por el cuello uterino. Se recomienda realizar de cuatro a seis intentos con esta técnica para que sea exitosa y en el 50 por ciento de los casos lo es. Este es el tratamiento menos complicado, más barato y con menos riesgos. La donación de óvulos es otra de las opciones, de esta manera la mujer se queda embarazada gracias al óvulo de la donante y el esperma de la pareja. Los óvulos son extraídos de la donante en el laboratorio y se fecundan con el esperma de hombre mediante la fecundación in vitro. Esta suele ser una opción cuando la futura madre está en una edad avanzada o sus óvulos son de mala calidad. La posibilidades de embarazo con esta técnica son altas y aunque el bebé es hijo biológico del padre, la madre experimenta de manera natural tanto el embarazo como la lactancia. La desventaja de esta técnica es la posible reclamación de la donante de los derechos sobre el niño, una posibilidad remota debido al anonimato que suelen tener estas personas. El procedimiento más controvertido y polémico es el alquiler de vientre. En esta técnica existen varias posibilidades: El nacimiento del bebé a través del óvulo de la sustituta y el esperma de la pareja, el óvulo de la esposa y el esperma de la pareja, o el óvulo de una donante y el esperma de la pareja. Este método se lleva a cabo cuando el útero de la mujer no está en condiciones de llevar un embarazo. Resulta legalmente complicado, ya que se deben establecer desde el principio las condiciones del alquiler para que la mujer que alquila su vientre no cambie de opinión una vez esté embarazada. En España no es un método legal, pero existen parejas que, de manera particular, lo practican.