INFANCIA

Los casos de niños desaparecidos son prioritarios para la policía española

Por Paula López1 min

Sociedad04-02-2009

El caso más mediático de entre los más recientes ha sido el de Madeline, pero son miles las desapariciones de menores en todo el mundo que no siempre se resuelven. En España hay numerosos y desgraciados ejemplos, como el caso de las tres niñas de Alcaisser, con un trágico final, o el de la sevillana Marta del Castillo de la que todavía no se sabe nada.

Algunos de los casos más recientes todavía sin resolver son los de Yeremi Vargas, en Gran Canaria, Amy Fitz Patrick, en Málaga, o Sara Morales, pero en total son quince familias españolas las que se mantienen en vilo al no saber nada, en al menos dos años, del niño o niña desaparecida. La esperanza es lo último que se pierde, y eso es lo que han querido trasmitir estas familias en sus múltiples declaraciones y manifestaciones ante los medios. En España hay un número elevado de denuncias por desaparición, pero no hay detrás de cada uno de estos casos un delito, ya que muchas de ellas se resuelven a los pocos días, como las de las dos chicas valencianas de estas últimas semanas. Para la policía, los casos de menores sin resolver son prioritarios ya que detrás de cada uno de ellos se suele esconder un delito de secuestro, violación o asesinato. Según el Ministerio de Interior, en España hay pendientes alrededor de 200 casos de desapariciones de menores de dieciocho años. En total, la Policía Nacional y la Guardia Civil buscan a más de 12.000 personas desaparecidas en España aunque sólo un 0,1 por ciento de las denuncias son catalogadas como casos de "alto riesgo" o "inquietantes". Las desapariciones de menores suelen resolverse con la vuelta a casa en un plazo máximo de quince días, pero, cuando no es así, y el niño o niña no vuelve, las razones pueden responder a delitos sexuales o secuestro paterno o materno en la mayoría de los casos. En los diez últimos años han sido hallados muertos 15 menores desaparecidos, entre ellos Mari Luz Cortés, de cinco años, en Huelva; o Fernanda Fabiola, de quince años, en Tenerife.