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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

De nuevo, Auschwitz

Fotografía
Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad01-02-2009

Hay ciertos aniversarios que se conmemoran con la esperanza de que no se vuelvan a repetir: un accidente, la muerte de un ser querido, la catástrofe que destruyó un hogar. En la vida de la humanidad también hay aniversarios desagradables de los que se debe aprender. El del Holocausto nazi es uno de ellos. Sin embargo, la historia y el conocimiento de su protagonista, el hombre, llaman a la prudencia. Sólo ese actor principal es capaz de tropezar, no sólo dos, sino mil veces en la misma piedra para hacer el animal incluso contra sí mismo. Cuando se pisa Auschwitz se siente algo extraño. Apenas hay ruidos entre los pocos barracones que recuerdan en pie el horror que allí pasó. Ni el cine es capaz de reflejar tanto, aunque ahí está aún esa vía de tren tan famosa en el séptimo arte. También están ahí esos barracones que antes de ser descubiertos y los prisioneros "liberados" fueron dinamitados. Ahora, los campos de concentración de este rincón que está en territorio polaco, sirve de ejemplo a lo que no se debe hacer. A los críos, los colegios les llevan a estas latitudes para que sepan hasta qué punto puede llevar la sinrazón del hombre. Tras la excursión no hay algarabía infantil ni apenas apetito para tomar el almuerzo. En los campos de concentración murieron cientos de miles de personas. Millones. Aunque las cifras no se pongan de acuerdo, la mera existencia del Holocausto basta para reflexionar: se martirizó a las personas por ser diferentes, por creer en otra cosa, por pertenecer a otra raza... Eran niños, mujeres, jóvenes, padres de familia, ancianos, sacerdotes, gitanos, judíos, homosexuales... Eran personas que quedaron desnudas hasta la anulación total, desdibujadas, esqueléticas, humilladas. Cuando se cumplen aniversarios como este reciente del Holocausto, hay ciertas sensaciones que vuelven a revivir. Aquella mañana en Auschwitz ha vuelto a hacerse presente: el silencio, los barracones, los crematorios, las fotografías de quienes un día murieron allí, las personas, el sufrimiento, la sinrazón... De nuevo viene Auschwitz al recuerdo. Ójala dentro de unas décadas nadie tenga que recordar una segunda parte de lo que allí pasó una vez.