INTERNACIONAL
La cumbre de Davos, ¿para qué?
Por J. F. Lamata Molina3 min
Economía01-02-2009
El Foro Económico Mundial -que así se denomina oficialmente- es la invención del profesor suizo Klaus Schwab, quien invitó a los principales ejecutivos europeos a un encuentro en 1971 en la montaña suiza donde se encuentra Davos a discutir sobre estrategias comerciales.
En muchas ocasiones, las cumbres de Davos han sido recibidas con manifestaciones y abucheos de grupos anti-sistema y anti-globalización, aunque en esta ocasión se han observado pocos incidentes. Algunos diarios digitales han asegurado que la ausencia se ha debido a las estrictas prohibiciones de la policía local. La última reunión no ha sido demasiado optimista. Los líderes económicos y políticos del mundo mostraron su desaliento respecto a la intensidad y duración de la actual crisis económica y financiera, que ha llevado a la economía global a su nivel más bajo desde la Segunda Guerra Mundial. En la recta final del Foro Económico Mundial, el tono de los expertos fue negativo y preocupado. La intervención estatal tras el colapso del sistema financiero obligará a los bancos a ser más transparentes, a asegurar una gestión de riesgo prudente y a limitar las retribuciones de los ejecutivos. Los representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) intentaron apuntar esperanza señalando la luz al final del túnel al indicar que la economía global crecerá un 0,5 por ciento en 2009, el comportamiento más bajo desde 1945, y recordaron que las economías avanzadas están en recesión. “A comienzos de 2010 podremos restaurar la economía global”, dijo John Lipsky (subdirector del FMI). Pero su aporte tenía datos negativos, según el FMI si la economía mundial crecería un 2,2 por ciento en 2009, pero la de los EE.UU. se contraería un 0,7 por ciento y la zona del euro caería un 0,5 por ciento. Intervención estatal en los bancos La intervención de los bancos se ha producido en la mayor parte de las economías avanzadas, como EE.UU., Reino Unido y Alemania, e incluye medidas como adquisiciones negociadas, nacionalizaciones descaradas, créditos de emergencia, inyecciones de liquidez para levantar el mercado de préstamo a corto plazo y garantías estatales a los préstamos interbancarios, recuerda el Foro Económico Mundial en un informe. Entre los representantes más destacados de España estaba Ana Patricia Botín, considerada por muchos el auténtico “cerebro estratégico” del poderoso Grupo Santander -es miembro del Consejo de Administración del Banco Santander y presidenta de Banesto-. Botín insistió durante la cumbre en que el sector privado no puede aportar el capital suficiente para asegurar los bancos, y que los gobiernos podrían proporcionar una parte. También dijo que los bancos que no han sido nacionalizados van a notar los efectos de la intervención estatal, ya que compiten con entidades respaldadas por garantías. Botín destacó igualmente que los grandes bancos españoles pagan ahora un precio mayor por sus fondos que los alemanes. La entrada de los estados en los bancos va a conducir a un incremento de la regulación de las entidades financieras que se benefician de los programas de rescate para asegurar que los fondos de los contribuyentes son gestionados correctamente. En todo caso, esta cumbre no pasará a la historia por ninguna conclusión para la crisis (entre otras cosas, porque no la hubo), sino por el incidente dialéctico entre el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, con el jefe de Estado Israelí, Simon Peres. Erdogan acusó a Israel de haber “destruido Gaza” y le echó en cara todos los muertos que había producido. Peres, antiguo premio Nobel de la paz, respondió: “¿Qué harías tú si todas las noches lanzaran bombas a Estambul?”, insistiendo en el carácter terrorista y totalitario de la banda Hamás. Erdogan quiso replicar “Los niños muertos en Gaza...”, y la negativa del moderador a concederle una réplica de larga duración enfureció al premier turco, que abandonó de inmediato la cumbre bajo la consigna: “Jamás volveré a Davos”.