SANIDAD
Una niña nace prematura de su madre clínicamente muerta
Por Ana Sellers2 min
Sociedad15-01-2009
Los bebés que nacen prematuramente cada vez son más pequeños. Actualmente, los avances científicos permiten salvar a un número mayor de estos bebés. Acaba de nacer una niña de seis meses dos días después de que su madre falleciera.
La ex campeona británica de patinaje libre, Jayne Soliman, a sus 41 años de edad, permanecía clínicamente muerta a consecuencia de un tumor cerebral. Estaba embarazada de 25 semanas. Los médicos la mantuvieron conectada a las máquinas hasta que naciera la que iba a ser su primera hija. Aye Jayne, la criatura, nació dos días después de la muerte de su madre por medio de cesárea. Aye se encuentra en la unidad de cuidados intensivos del hospital Radcliffe de Oxford. Los médicos aseguran que la niña evoluciona favorablemente. Se dice que un bebé es prematuro cuando nace antes de las 37 semanas de gestación. Cada vez son más los niños que nacen antes de tiempo. El número de casos registrados en España ha aumentado rápidamente. Según datos del Insalud, en 1996 los partos prematuros en sus hospitales suponían casi un cuatro por ciento del total de nacimientos, en la actualidad, la cifra supera el seis por ciento. Otros hospitales, como el Clínico San Carlos de Madrid, registran datos aún más altos superando, incluso, el diez por ciento. Las causas más comunes que impiden que un embarazo dure los nueve meses que debería durar son la mala salud de la madre y los embarazos múltiples. En materia de partos prematuros, la ciencia ha avanzado mucho. Hace quince años, un niño de peso inferior a 750 gramos era imposible que sobreviviera. Sin embargo, el Servicio de Neonatos del Hospital Universitario La Fe de Valencia, ya ha conseguido que niños de 400 gramos de peso puedan salir adelante. Actualmente el límite de supervivencia de los embarazos se sitúa en dicho peso o, aproximadamente, en las 24 semanas de gestación. Pese a los avances, estos niños sólo sobreviven el 60 por ciento de las veces y, de ellos, un 18 por ciento sufre secuelas como ceguera, sordera o, incluso, parálisis cerebral. Hace cinco años, se consiguió sacar adelante una niña con tan sólo 390 gramos de peso en Valencia. En este caso, la edad de gestación de la niña estaba dentro de los límites de viabilidad, aunque su peso era inferior al normal debido a un retraso del crecimiento del feto.