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EDUCACIÓN

El fallo contra el Colegio Suizo recuerda el deber educativo de los padres

Fotografía
Por Leticia PradoTiempo de lectura2 min
Sociedad09-01-2009

Los cambios en las estructuras familiares, el fácil acceso a los diversos medios de comunicación, la intensidad de las jornadas laborales... Estos y otros factores han variado la forma en la que los hogares españoles educan a los más pequeños. Cada vez más, los colegios asumen responsabilidades que no les corresponden y los efectos negativos sobre los niños no tardan en aparecer.

La Audiencia Provincial de Madrid ha dictado la mayor condena por acoso escolar de toda Europa: el Colegio Suizo indemnizará con 30.000 euros y pagará las costas del primer juicio a la familia del menor que sufrió abusos por parte de sus compañeros. Los padres denunciaron los hechos en el año 2006 y presentaron una grabación que mostraba la violencia que algunos alumnos ejercían sobre su hijo en este centro de Alcobendas. Este caso se suma a otros tantos de un fenómeno conocido como bullying, el maltrato deliberado y continuado al que está sometido un niño por parte de otros con el objetivo de someterle o asustarle. La violencia escolar puede desembocar, irremediablemente, en la exclusión social del niño. Por ello, es necesario que el entorno de los menores trabaje conjuntamente para evitar este tipo de situaciones. El colegio y las familias deben trabajar conjuntamente para mejorar la educación y las relaciones, incluso, entre ellos. La familia es el agente social del que los niños adoptan sus modelos de conducta. Diferentes asociaciones escolares, psicólogos y expertos en educación hablan del cambio en el perfil de los padres. Nunca han estado tan informados como ahora, gracias a escuelas de padres, a los foros de Internet o a diferentes cursillos, pero la gran mayoría no es capaz de controlar los momentos conflictivos. Unos tienen miedo a decir que no por parecer demasiado autoritarios; otros planean al milímetro el día a día de sus hijos y, al ver que no alcanzan las expectativas, se frustran. Si los padres no cumplen con sus responsabilidades, los niños pierden sus referentes. Además, los medios de comunicación cada vez influyen de manera más notable en el nivel de formación de los menores. Muestran situaciones violentas, tanto reales como ficticias, que pueden condicionar las relaciones que posteriormente establezcan los niños con sus iguales. El aumento de la exposición a situaciones crueles puede llevar a la habituación. La Confederación de Padres de Alumnos (Cofapa) recuerda que los padres tienen que preocuparse y ocuparse de sus hijos, una condición que implica dedicarles más tiempo. Esta asociación establece como medidas más eficaces para la completa educación de los pequeños: “Enseñar el respeto a las normas y límites a través de la disciplina, promover las relaciones de amistad basadas en el respeto mutuo y ayudarles en la resolución de problemas sin llegar a la violencia”. Todas las asociaciones de padres coinciden en que la sentencia contra el colegio madrileño es acertada y abogan por la toma de conciencia para que los padres reasuman sus responsabilidades como principales educadores.