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BÉLGICA

Van Rompuy, democristiano flamenco, asume las riendas del Gobierno

Fotografía
Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional04-01-2009

El democristiano Herman van Rompuy, de 61 años de edad, y hasta ahora presidente del Parlamento belga, será el nuevo primer ministro de Bélgica, tras la dimisión en bloque del anterior Gobierno por el caso Fortis. Van Rompuy fue confirmado como jefe del Ejecutivo belga ante la Cámara de Diputados, poniendo en valor su experiencia económica como punto fuerte de un gobierno que debe afrontar la recesión.

A finales de diciembre, el Rey Alberto II de Bélgica pidió al presidente del Parlamento que formara un nuevo gobierno para poner fin a la crisis política abierta tras la caída en bloque del Ejecutivo del también democristiano Yves Leterme el pasado 19 de diciembre debido al ya conocido como caso Fortis. El Tribunal Supremo demostró que existían intromisiones políticas en las medidas de rescate del Gobierno belga hacia el banco Fortis, lo que derivó en la dimisión de todo el Ejecutivo. Terminó así la corta andadura de un gobierno que tardó meses en formarse debido a las insalvables diferencias entre flamencos y francófonos. Diez días después de la caída del Gobierno de Leterme, el Rey Alberto II de Bélgica pidió a Van Rompuy que se encargara de formar un nuevo y éste aceptó. No estaba nada claro que lo hiciera y se requirió la labor de mediación del ex primer ministro Wilfried Martens, que, según los medios belgas, tuvo que convencer a Van Rompuy de que aceptara el cargo. El hasta ahora presidente del Parlamento es la única persona sobre la que los cinco partidos políticos han logrado ponerse de acuerdo. Sus principales retos serán acabar con la división cultural que amenaza con romper un país de 178 años de historia y afrontar la recesión que previsiblemente se reflejará en los resultados del tercer trimestre de 2008. A sus 61 años, Van Rompuy tiene reputación de ser un radical intelectual y presupuestario. En su etapa como ministro de Finanzas entre 1993 y 1999 redujo la deuda pública de Bélgica un 130 por ciento en sólo un año, y últimamente ha mostrado su rechazo a las medidas económicas de Leterme para hacer frente a la crisis económica internacional. En su discurso ante la Cámara, se comprometió a trabajar en un plan que permita "reabsorber el déficit presupuestario" y en la creación de una comisión de investigación parlamentaria "sobre la problemática de la separación de poderes y los problemas que han surgido recientemente al respecto", en referencia al caso Fortis. "No juzguen a este Gobierno por sus intenciones, sino por sus resultados, y no lo hagan a corto plazo, sino en 2011", proclamó Van Rompuy, que destacó la urgencia de la situación política y económica actual. "El pueblo anhela estabilidad", añadió el primer ministro, que anunció que su forma de gobernar será gradual. "Esta no será una revolución, sino una evolución", sentenció el democristiano. El Parlamento aprobó la designación del nuevo primer ministro por 88 votos a favor y 45 en contra y después de nombrar al sustituto de Van Rompuy al frente de la Cámara de Diputados, Patrick Dewael. El veterano Herman Van Rompuy ha aceptado ponerse al frente del Gobierno belga después de la dimisión en bloque del anterior Ejecutivo debido al escándalo del caso Fortis; sus principales retos serán afrontar la recesión y acabar con la división cultural que vive el país.