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INDIA

Los terroristas provocan una masacre tras un asalto coordinado en Bombay

Fotografía
Por Miguel MartorellTiempo de lectura4 min
Internacional30-11-2008

Bombay, el puerto más importante y emblemático del subcontinente asiático, ha sido escenario de una masacre terrorista de proporciones históricas. Casi 200 muertos y hasta 300 heridos es el resultado de un ataque terrorista indiscriminado y perfectamente coordinado que derivó en auténticas batallas en distintas partes de la ciudad durante tres días enteros.

La confusión fue una de las notas características de un ataque terrorista que comenzó el pasado miércoles por la noche en Bombay y culminó en las últimas horas del sábado. Una cadena de asaltos y atentados que, según las Fuerzas de Seguridad indias, pretendían causar un 11-S en una de las economías emergentes más potentes del mundo. No está claro el número de terroristas que participaron en el ataque, sí que su entrada en Bombay se produjo a través de balsas salidas de un barco nodriza, un pesquero capturado con anterioridad y cuyo propietario fue hallado decapitado en el interior. Algunas informaciones apuntan que los terroristas superaban la decena, otras, que la veintena. Sea como fuere, los terroristas eludieron a la guardia costera y desembarcaron en Bombay a las 21:00 horas del miércoles, tras lo que se dividieron en distintos puntos de la ciudad. Sus objetivos fueron lugares de interés económico: hoteles, cafeterías, estaciones de tren o edificios religiosos, con el fin de causar el mayor caos posible. Los primeros ataque se registraron en el Leopold Cafe y en la cercana comisaría de Colaba, cerca del punto de desembarco. Cinco terroristas entraron disparando indiscriminadamente y lanzando granadas, provocando la muerte por doquier. Poco después, dos de ellos tomaban a sangre y fuego el centro judío Narinam House y se atrincheraban en su interior. Minutos más tarde, dos terroristas entraron en la estación de tren Chhatrapani Shivaji y disparaban indiscriminadamente, tras lo que se marcharon. En ese tiempo, varios atacantes entraron en el lujoso Hotel Taj Mahal y repitieron el mismo esquema de ataque cruento, con granadas y disparos de sus rifles de asalto. Los ataques terroristas se sucedieron en el Hotel Oberoi/Trident, donde se hallaba una delegación española, en el hospital Cama & Albless, en la estación de Metro Cinema, en el barrio Vile Parle cercano al aeropuerto, en el Hotel Marriot, en los astilleros... En algunos entraban al asalto, disparaban y se marchaban, en otros simplemente lanzaban ráfagas desde un vehículo. Superados los primeros momentos de confusión entre las Fuerzas de Seguridad del país, éstas se lanzaron al ataque de los terroristas atrincherados, algunos de ellos en el emblemático Taj Majal. Los Gatos Negros, las fuerzas de élite de la Policía, realizaron asaltos en distintos puntos de la ciudad; el sábado por la noche, tras 48 horas de batalla en el interior en el Taj Mahal, capturan al único terrorista que quedaba vivo. Un 11-S indio El balance oficial de muertos en estos ataques es de 183 y de 295 el de heridos. Sólo uno de los terroristas sobrevivió a la respuesta de las Fuerzas de Seguridad, en los interrogatorios se ha identificado como miembro de la facción terrorista Deccan Muyaidín, desconocida hasta el momento en India. Sin embargo, desde el Gobierno se culpa a Pakistán. El ministro de Exteriores indio, Pranab Mukherjee, asegura tener pruebas que apuntan a la implicación de las Fuerzas de Seguridad paquistaníes en los ataques, lo que explicaría el entrenamiento de élite de los terroristas. Todos portaban rifles de asalto y mochilas con comida, granadas y explosivos, y se movían como si hubieran estudiado el terreno con anterioridad. En cualquier caso, las acusaciones de India a Pakistán son habituales, por lo que tampoco deben ser tomadas al pie de la letra. Lo cierto es que, entre los planes de los terroristas estaba volar por completo los hoteles de Bombay y provocar miles de víctimas, en lo que se ha calificado como un 11-S en India. Aunque se especula con la posibilidad de que alguno de los terroristas que participaron en el ataque, todos jóvenes menores de 30 años, fueran ciudadanos británicos de origen paquistaní, todavía no se ha podido comprobar este punto. En cualquier caso, lo cierto es que los servicios de seguridad habían alertado sobre la posibilidad de que Bombay fuera objetivo de un ataque. Los informes que apuntaban a la posibilidad de un ataque por vía marítima al puerto más importante de India fueron subestimados. Como resultado, y mientras las sospechas hacia Pakistán crecen, el ministro indio del Interior, Shivraj Patil, y el consejero de Seguridad Nacional, M. K. Narayanan, han presentado su dimisión. El pasado domingo por la tarde, los ciudadanos se esforzaban por limpiar los restos de la masacre; los cuerpos ya habían sido retirados y en distintos puntos de la ciudad la sangre y los cristales rotos habían desaparecido de las calles de Bombay, que durante tres días ha vivido una auténtica guerra antiterrorista.