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ALTA COSTURA

El mundo de la moda dice ‘au revoir’ a Yves Saint Laurent

Por Lola OcañaTiempo de lectura3 min
Cultura07-01-2002

El modisto llegó a esta decisión debido a las pérdidas que año tras año ha sufrido su firma, unos 12 millones de euros al año. En el acto donde Saint Laurent hizo pública la clausura de su empresa de moda, el modisto aprovechó para afirmar que se siente orgulloso de haber colaborado en estos 40 años en la “liberación de la mujer”.

En una ceremonia organizada para un grupo selecto, el mítico y revolucionario modisto apareció rodeado de ese misterio que acompaña a los artistas, y más que emocionado leyó un texto en el que exponía, de una manera firme, su retirada del mundo de la alta costura así como el cierre de su firma. Aunque Yves Saint Laurent no se refirió a ello en su comparecencia ante los medios de comunicación, la primera que hace a lo largo de sus 40 años al frente de la firma que lleva su nombre, el modisto omitió el verdadero motivo que lo ha llevado a esta drástica decisión, y que son las millonarias pérdidas que cada año sufre su exclusiva empresa. En su discurso de despedida, Saint Laurent aprovechó para asegurar que su objetivo había sido ponerse al servicio de las mujeres de su época: "Servir sus cuerpos, sus gestos, sus actitudes, sus vidas. He querido acompañarles en ese gran movimiento de liberación que conoció el último siglo". Además, en su comparecencia, en la que no admitió ninguna pregunta, afirmó que "este oficio no es un arte, pero necesita un artista para existir". De este revolucionario de la alta costura son las innovaciones en moda tales como las chaquetas saharianas y la incorporaciones a la indumentaria femenina de esmoquin, los vestidos trapecio y la blusa transparente. Desde el año 1999, la firma francesa cedió su nombre a una empresa de François Pinault, en un intento por apostar por la prêt-a-porter subyugandose, de este modo, a una alta costura muy deficitaria. Pero ni siquiera de este modo la empresa de Yves Saint Laurent pudo salir de su crisis. Aunque no es sólo esta firma la que se ve en receso. La alta costura ha perdido a la mitad de sus protagonistas en poco más de diez años: en 1987 se podía hablar de hasta 24 firmas y la retirada de Yves Saint Laurent las deja reducidas a 11, casi todas vinculadas ya a grupos empresariales: las marcas Dior, Givenchy y Christian Lacroix pertenecen a Bernard Arnault, el grupo italiano Ferragamo es el accionista principal de Emanuel Ungaro y Balmain es hoy propiedad de un holding. Yves Saint Laurent nació en 1936 en Orán, Argelia. Cuando aún no había cumplido los 19 años, entró como diseñador de Christian Dior y, en menos de dos años, reemplazó al maestro, convirtiéndose en el modista más joven de la alta costura. Unas pocas colecciones le hicieron falta al joven Yves Saint Laurent para convertirse en el gran renovador de la moda. El servicio militar le supuso su primera ruptura con el mundo de la moda, esa especie de burbuja en la que vive y trabaja. Sufrió una depresión nerviosa, un internamiento hospitalario y el consiguiente despido de Dior; acontecimientos que le descubren al modisto francés que contentar a los millonarios puede suponer exigencias inimaginables. Son muchas las mujeres que se consideran "adictas" a esta leyenda de la moda, algunas llegan a afirmar "ser adictas a YSL como a una droga". Es el caso de la actriz francesa Catherine Deneuve. El modista creó para la actriz la capa que lucía en la película de Luis Buñuel Belle de Jour; desde entonces, Deneuve no ha dejado de confiar en Saint Laurent para que componga su armario.