FRANCIA

Los socialistas franceses, diez años desunidos y derrotados

Por J. F. Lamata Molina 3 min

Internacional07-09-2008

Unidos ganadores, desunidos perdedores, la ecuación es simple. La división del socialismo francés ha sido una constante durante toda la V República francesa y su unidad tuvo un nombre propio, François Mitterrand. Éste al proclamarse el nuevo régimen presidencialista unió a toda la izquierda (desde los socialdemócratas hasta los marxistas) en una candidatura contra la del general De Gaulle.

El joven Mitterrand obtuvo 10 millones de votos, pero nada pudo hacer contra el fundador y héroe nacional, que obtuvo 12 millones. Ante la retirada de Mitterrand, aquella coalición izquierdista reventó y quedó dividida entre los moderados de Gaston Defferre, el socialismo puro de Michel Rocard, los comunistas de Jacques Duclos y los ultraizquierdistas de Alain Krivine (estos dos sectores ya nunca serían recuperados). Ante tal desunión, en las presidenciales de 1969, la izquierda ni siquiera pudo pasar a la segunda vuelta y aquella elección se resolvió entre dos de derecha, Pompidou y Poher. En 1974, Mitterrand retornó a la primera fila política con la fundación del Partido Socialista (PS), del que fue elegido primer secretario, aún sin el apoyo de los sectores extremistas que encabezaban Krivine y la incombustible Laguiler. Logró ganar en la primera vuelta y, finalmente fue derrotado en la segunda en la victoria más apretada de toda la historia de la V República (50 por ciento contra 49 por ciento). Quince millones de votos convirtieron a Mitterrand en el primer y hasta ahora único presidente socialista de la V República francesa. Con otros 16 millones, fue reelegido en 1988. Para entonces Mitterrand ya había cedido el cargo de primer secretario del PS a su delfín, Lionel Jospin, que habría de ser su candidato a sucederle en las siguientes elecciones, pero Jospin fue derrotado por el alcalde de París y ex primer ministro, Jacques Chirac, que bien pudo recitar aquello de: ¡A la tercera va la vencida! Etapa Hollande Fue entonces cuando Jospin quiso concentrarse en la campaña y dejó a François Hollande al frente de la secretaría del PS. El mayor éxito de Hollande se produjo poco después, en las elecciones legislativas de 1998, cuando inesperadamente el PS logró mayoría en el Parlamento ante la sorpresa de Chirac. Mediante una serie de contactos que dirigió Hollande con otras formaciones (radicales, verdes e incluso los comunistas) se formó el Pacto de Progreso con Jospin de primer ministro al frente de un gobierno que Chirac tuvo que aceptar a regañadientes (fue aquel modelo que los españoles Almunia y Frutos quisieron imitar para las elecciones de 2000 y que les supuso una derrota total). En 2002, se produjo la catástrofe socialista cuando Jospin esperaba que se repitiera el fenómeno de Chirac y pasar de primer ministro a presidente. Sin embrago, su candidatura ni siquiera llegó a pasar de la segunda vuelta, Jospin y Hollande no habían advertido el peligro que suponían las pequeñas candidaturas presidenciales de dirigentes izquierdistas menores (un total de ocho candidatos representativos de la izquierda se presentaron en aquellas presidenciales). Borrado del mapa Jospin, Hollande intentó pilotar la reconstrucción y, tras dudar si liderar él mismo, finalmente apostó por su compañera sentimental y madre de sus tres hijos, Ségolène Royal. Pero la unidad no fue posible, los líderes del partido desataron una feroz guerra por el poder. Laurent Fabius, Dominique Straus-Khan y Royal mantuvieron combates por el control tan duros, que era difícil saber si eran del mismo partido. Finalmente Royal se impuso, pero de nada sirvió, puesto que la derecha –bastante más unida en torno a Nicolás Sarkozy– volvió a ganar en las presidenciales de 2007. Cuando Hollande acaparó toda la atención fue cuando la prensa del corazón se enteró (con fotos incluidas) de las relaciones del político con la periodista Valerie Trierweiler, lo que provocó su ruptura con Royal (dándose la casualidad de que los dos líderes políticos franceses, Royal y Sarkozy, rompían con sus parejas prácticamente a la vez). Hollande ha abandonado el liderazgo del PS pidiendo la unidad entre las "familias" del partido, porque lo que es en la otra... Ségolène Royal ni siquiera quiso estar presente durante la despedida. La ex candidata quiere ser la nueva líder, pero Bertrand Delanoe, el alcalde de París famoso por ser el primer político galo en reconocer su homosexualidad no se lo pondrá fácil.