ETA
La detención del ‘comando Vizcaya’ evita una larga cadena de atentados
Por R.Rodrigo/A.Requeijo4 min
España27-07-2008
Asesinar al juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, al senador vasco del PP Ramón Rabanera y al concejal socialista de Eibar (Guipúzcoa) Benjamín Atutxa tras secuestrarle, así como una campaña de atentados en la costa andaluza en agosto. Estos y otros planes fueron frustrados con la desarticulación del comando Vizcaya llevada a cabo por la Guardia Civil.
Desde hace quince días, los terroristas estaban siendo controlados. La mayor parte de ellos fueron identificados por el coche en el que huyeron del atentado de Legutiano (que acabó con la vida del guardia civil Juan Manuel Piñuel), gracias al que se hallaron pruebas definitivas, ya que falló el mecanismo ideado por los etarras para destruirlo. Pero el detonante fueron los atentados de Laredo y Noja, Cantabria. Las bombas colocadas en ambos lugares tenían temporizadores como los que se usaron por el comando Vizcaya en los últimos meses en sus atentados en el País Vasco, un reloj despertador Casio PQ30. La operación policial se desarrolló en Bilbao, Getxo, Elorrio, aunque también se efectuaron detenciones en Pontevedra y Málaga. Los detenidos fueron Adur Aristegui Aragón, en Elorrio; Aitor Cotano Sinde, en Nigran, Pontevedra; Íñigo Gutierrez Carrillo, en Getxo; Gaizka Jarreño Agurriza, en Elorrio; Ana Isabel Prieto, en Bilbao; Mikel Saracho Moro, en Getxo; Maialen Zuazo Arruecoechea, en Bilbao; y Libe Aguirre Mazaga, en Fuengirola. Todos ellos son legales, nunca fueron detenidos ni fichados por la policía y llevaban una vida aparentemente normal. El principal detenido fue Arkaitz Goikoetxea, considerado “coordinador y dirigente” del comando. Todos los objetivos de los terroristas han sido recogidos en el auto dictado por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, quien envió a prisión a siete de los diez detenidos. El comando también tenía intención de atentar contra tres sedes de la formación socialista en el País Vasco. Entre la documentación incautada se encuentra también información sobre varias empresas vinculadas al Tren de Alta Velocidad (TAV), el cuartel de la Guardia Civil de Burgos y el Museo Militar de esta ciudad. Uno de los detenidos Aitor Cotano recabó datos sobre las Casas del Pueblo del PSE-EE en las localidades vizcaínas de Sopelana y Leioa; de la sede del PP en Getxo; de las comisarías de la Ertzaintza en Bermeo, Plencia y Santurce y de los Juzgados de Balmaseda, en Vizcaya. Pese a que Arkaitz ejercía como líder del grupo, el comando se encontraba a las órdenes del jefe militar de ETA, Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki, quien encargó establecer una “base permanente de actuación” en Portugal. Según el auto dictado por Baltasar Garzón, el grupo pretendía atentar contra el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, en su residencia de Ercaray (La Rioja). Goikoetxea recibió el encargo por parte de Txeroki, pero se frustró ya que los etarras no hallaron al juez en esta localidad. COMO A MIGUEL ÁNGEL BLANCO Por su parte, para el secuestro y posterior ejecución del concejal socialista de Eibar, los terroristas realizaron labores de vigilancia desde octubre de 2007 hasta abril de 2008. Contaban además con jeringuillas y tranquilizantes en uno de los zulos del grupo hallado en Pazuengos (La Rioja) para "neutralizar a la víctima", según el auto. La idea era mantenerlo "sedado un par de días" y luego "acabar con su vida". Se trata de un procedimiento similar al que llevó a cabo la banda con el concejal del Partido Popular de Ermua, Miguel Ángel Blanco, asesinado en 1997. El líder del grupo, Goikoetxea, es liberado, fichado por la policía, en libertad y a sueldo de la banda terrorista. A su detención acudió personalmente el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que se desplazó desde Madrid para dirigir la operación coordinada por la Guardia Civil. Sólo en el registro de la vivienda del líder del comando se encontraron dos cajas de cartón con diverso material, además de cuatro armas cortas, relacionadas con el robo de 350 armas en Francia en 2006, cinco mapas de la Costa del Sol y Lisboa y tres carnés falsos de la Guardia Civil. Además, los detenidos tenían previsto llevar a cabo “muy pronto”, aunque no de forma inminente, un atentado de “grandes dimensiones” en el País Vasco, no como los pequeños artefactos que explotaron en Cantabria. El comando Vizcaya era el más activo de ETA desde que se rompió el alto el fuego, y se le atribuyen la mayoría de los atentados cometidos durante 2008, como la bomba contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Legutiano en el que murió el agente Juan Manuel Piñuel; las bombas contra el cuartel de la Guardia Civil en Durango, los atentados contra los juzgados de Getxo y Sestao (Vizcaya), los de las sedes socialistas de Bilbao la vieja y Balmaseda; y el atentado contra la comisaría de la Ertzaintza en Zarautz (Guipúzcoa) y contra el cuartel de la Guardia Civil en Calahorra (La Rioja); y el ataque contra el diario “El Correo”. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, explicó que la Guardia Civil considera que la estructura del comando Vizcaya es algo distinta al comando clásico de ETA, por lo que los expertos del Instituto Armado lo consideraron como un “complejo”, en que un liberado, Goikoetxea, lidera a un grupo de legales. Además, indicó que con la desarticulación del núcleo central no solo se ha detenido a los “culpables de algunos atentados” sino que se “han evitado nuevos ataques de la banda terrorista”, aunque “los próximos días nos permitirán saber hasta qué punto es cierto” esto. Rubalcaba aclaró también que aunque “no se puede asegurar que sea el único comando de ETA”, si “es el más activo y el más buscado”. Con estas diez detenciones, se elevan a 87 las personas detenidas en el entorno de ETA durante el año 2008.