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ETA

Veinte años de cárcel entre desafíos, amenazas y champán

Por Elena GómezTiempo de lectura5 min
España20-07-2008

Juzgado y condenado a 3.000 años de prisión por asesinar a 25 personas, de los cuales sólo cumplió 18, el etarra José Ignacio de Juana Chaos quedará en libertad el próximo 2 de agosto después de que otra condena por un delito de amenazas terroristas retrasase dos años su salida. Atrás queda una trayectoria en la cárcel marcada por sus tres huelgas de hambre y los constantes desafíos al Estado.

Tras la pena impuesta por la Fiscalía de la Audiencia Nacional, por cometer 25 asesinatos, por los que cumplió una pena que no llegó a los 18 años de prisión, fue decretada su prisión preventiva, por escribir dos artículos de opinión en el diario Gara: “Gallizo” y “El Escudo”,en los que, según la sentencia de la Audiencia Nacional, amenazaba a responsables de prisiones, políticos y jueces. La vida criminal de De Juana se remonta a la década de los ochenta. A comienzos de 1986, De Juana se convirtió en el responsable del comando Madrid de ETA, que había sido entrenado en Argelia. En los tres años siguientes, hasta su detención en Madrid en 1987, participó en distintos atentados terroristas que causaron la muerte a 25 personas. Entre otros, confesó la autoría del atentado perpetrado con coche bomba el 14 de julio de 1986 en la plaza de la República Dominicana de Madrid contra un convoy de la Guardia Civil, en el que murieron doce personas, agentes en prácticas de la Agrupación de Tráfico, y 45 personas más resultaron heridas. La mayor parte de las víctimas del comando lo fueron en atentados con coche-bomba, los cuales estaban habitualmente cargados con abundante metralla “para hacer más daño”.Según el testimonio de Juan Manuel Soares Gamboa, miembro arrepentido de ETA que acabó entregándose y colaborando con la justicia, era De Juana quien, dentro del comando Madrid, seleccionaba las víctimas y decidía quién tenía que disparar contra ellas. Tras cumplir solo 18 años por la muerte de 25 personas, De Juana escribió los artículos en Gara, por lo que pudo haber sido condenado a una pena de 12 años de prisión, pero que finalmente se redujo a dos. La trayectoria en prisión de este etarra, que ha destacado siempre en los medios penitenciarios por su ausencia de arrepentimiento, con una personalidad que los psicólogos de la prisión calificaron de “fría y narcisista”, es más que peculiar. Durante sus años de reclusión, De Juana siguió recibiendo la atención de los medios de comunicación. Así, preparó su evasión en helicóptero, junto con otros cuatro etarras, de la prisión de Herrera de la Mancha el 2 de marzo de 1990. El 9 de marzo de 1993, tras el atentado en Sevilla donde un comando de ETA asesinó al concejal Alberto Jiménez-Becerril y a su esposa Ascensión García, mostró su alegría escribiendo en una carta “Sus lloros son nuestras sonrisas y terminaremos a carcajada limpia”. CHAMPÁN Y LANGOSTINOS El 6 de mayo de 1998, tras el asesinato por parte de ETA del concejal de UPN Tomás Caballero, le solicitó al director de la cárcel donde se encontraba recluido champán y langostinos para celebrarlo. Por otra parte, en julio de 1992 remitió una carta al juez de vigilancia penitenciaria de Cádiz avisándole de que figuraba en las listas de ETA como “ejecutable”. Tras su intento fallido de fuga de la cárcel de Herrera de la Mancha, De Juana fue trasladado a la cárcel de Sevilla 2. Poco después, se le trasladó a Melilla, donde protagonizó una huelga de hambre de cuatro días. Las huelgas de hambre han sido siempre su medio para protestar. Así, el 7 de agosto de 2006, en pleno alto el fuego de la banda, inició una huelga de hambre de 63 días contra lo que consideraba una “cadena perpetua”, refiriéndose tanto a la aplicación de la doctrina Parot por parte de los jueces de la Audiencia Nacional como a la, a su juicio, invención de delitos para procesar a ciudadanos presos una vez cumplida su condena, basándose en las declaraciones del ministro de Justicia del momento, Juan Fernando López Aguilar. Éste declaró que el fiscal recurriría la excarcelación de De Juana “al límite de sus posibilidades y de las posibilidades del propio sistema judicial”, viendo “si es posible que se pueda construir una nueva imputación penal por pertenencia a banda armada, amenazas o por continuidad de alguna forma de la actividad terrorista, incluso desde la cárcel”. Esta huelga de hambre no contaba con el respaldo de la cúpula de ETA, ya que era la primera vez en la historia de la organización que un miembro encarcelado de ETA ejecutaba una medida de presión de este tipo sin consultar anteriormente con la dirección de la banda y por un asunto que le afectaba a él exclusivamente. Esta huelga finalizó el 8 e octubre de dicho año. Un año después, El 27 de octubre de 2006 comenzó el juicio en la Audiencia Nacional por el delito de amenazas relativo a la publicación de dos artículos de De Juana en Gara. La sentencia fue emitida el 6 de noviembre, y en ella se le condenaba a doce años y siete meses por un delito de amenazas terroristas, con la agravante de reincidencia. El día anterior a la recepción oficial de su condena y ante la noticia no oficial de la misma, comenzó una nueva huelga de hambre porque en su opinión ya había cumplido su condena. Al negarse a alimentarse, el 24 de noviembre, la Audiencia ordenó su traslado a la Unidad de Nutrición del Hospital 12 de Octubre de Madrid. El 12 de diciembre, De Juana comienza a ser alimentado, en contra de su voluntad, con una sonda nasogástrica. El 25 de enero de 2007, la Audiencia Nacional, debido al grave estado en que se encontraba por su huelga de hambre, al final decidió por 12 votos a favor y 4 en contra, que el procesado siga en prisión porque su situación ha sido provocada libre y voluntariamente. De momento, De Juana vuelve a amenazar al Gobierno y a las autoridades judiciales con una nueva huelga de hambre de la que aun no se conocen las consecuencias.