TURQUÍA
Macroproceso en Estambul por un intento de golpe de Estado
Por JF Lamata Molina2 min
Internacional20-07-2008
Ni dos ni diez, las cifras han superado todas las especulaciones y el Fiscal Jefe de la República de Turquía en Estambul, Aykut Cengiz Engin, ha pedido el procesamiento de 86 sospechosos de formar una red terrorista con el objetivo de derrocar al Gobierno islamista moderado del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.
El entramado de la supuesta red golpista es complejo, teóricamente de ideología laicista integrada, entre otros, por el líder de un pequeño partido nacionalista, el editor de un periódico nacionalista, periodistas, hombres de negocios y oficiales del ejército retirados— conocida como Ergenekon (el nombre viene de una leyenda turca con fuertes connotaciones nacionalistas) En Turquía se vive desde hace tiempo un pulso entre los islamistas elegidos democráticamente y los círculos laicistas con el Ejército a la cabeza. Un vistazo a la historai reciente del país no recuerda esa agitación: La democracia nunca ha sido aplicada en un 100% en el país. Y la forma de mandar de Ataturk, padre de la Turquía laica, no era precísamente democráta. No obstante, oficialmente había elecciones parlamentarias en los años cincuenta hasta el golpe de Estado del general Gursel. Que encarceló a su antecesor y dirigió una purga contra los dirigentes de los partidos democráticos, siendo ejecutados muchos de ellos (Zorlu, Menderes, Polatkan). El general Gursel, no obstante, intentó dar a su tiranía una imagen demócrata, autorizando elecciones parciales, en 1966 se retiró por enfermedad, pero sus sucesores siguieron siendo militares, el general Sunay y el mariscal Koruturk. En 1980 llegó otro golpe de Estado de la mano del general Euren, que disolvió todo el teatro democrático y volvió a imponer una férrea dictadura que se mantuvo durante siete años, tras lo cual vino la tímida transición democrática de Ozal, que moriría repentinamente en 1993. La tímida democracia turca se ha visto llena de baibenes, como fue Tansu Ciller que apereció como muestra de renovación - al ser la primera mujer jefa de Gobierno turco - pero también fue quién ecabezó una brutal represión contra los kurdos. El primer ministro actual, Erdogan - que fue encarcelado en 1998 por sus proclamas islamitas en un país que oficialmente busca un rígido laicismo - es una muestra de la gran encrucijada del país. Y es que, por un lado, Turquía debe ser un país donde se desarrollen elecciones libres, pero con el problema de que esa libertad, como en Argelia, les puede llevar a dar la victoria a islamistas fanáticos. Todo un ambiente enrarecido que obliga ha cierta hipocresía diplomática a la Unión Europea y crea un ambiente enrarecido para las fuerzas armadas, aumentando más aún con el "macro juicio".