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TOROS

José Tomás, en Santander tras cinco semanas de recuperación

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Espectáculos20-07-2008

Lo que está ocurriendo esta temporada con José Tomás ya lo quisieran para sí los hombres del tiempo. Pasarían de no acertar con su pronótico casi nunca a dar en el clavo prácticamente siempre. El 23 de julio el torero de Galapagar tiene una cita en Santander, donde volverá a vestirse de luces tras los percances que sufrió en Las Ventas el 15 de junio.

Las tres cornadas que se le operaron ese día le han mantenido convaleciente durante cinco semanas. De hecho, el torero entendió que sería precipitado vestirse de luces para cumplir con el contrato que tenía firmado para actuar en Algeciras (Cádiz) apenas dos semanas después de la segunda de sus gestas en Las Ventas (la primera fue el 5 de junio). Así, como harían los especialistas en meteorología, según los pronósticos, en Santander tendrá lugar un nuevo tsunami el 23 de julio. La mayor parte del empuje del oleaje estará protagonizado por los patidarios tomasistas. Primero se alejarán las aguas de la orilla de otros matadores, a quienes se les juzgará con unas reglas de medir bien distintas que si el torero a valorar fuese el mismísimo y y ya mencionado mito. Aunque también los toros que lidie el resto puedan ser bien distintos a los que mata Tomás adecuándolos a su particular concepto del toreo. ¿Tan atrás quedan para los aficionados los toros lidiados en Pamplona, por ejemplo? En esa feria tampoco estuvo José Tomás, pero no por culpa de las consecuencias del percance de Madrid, sino porque no estaba anunciado. La campaña de esta segunda etapa del de Galapagar pisa poco por plazas tradicionalmente toristas. Al fin y al cabo el diestro hace lo mismo que otras figuras del toreo que se suponen que están a años luz de su nivel. En Santander, tras alejarse las aguas se parará el tiempo y vendrá la gran tromba de tomasistas para presenciar otro de los paseíllos que harán historia. El cartel en la cumbre queda conformado por Manolo Sánchez y Francisco Marco, dos toreros que tampoco lideran el escalafón y que sortearán con Tomás reses de uno de los hierros favoritos de Tomás, el de Victoriano del Río. En el mundo de los toros es sabido que ser el más veterano del cartel implica lidiar el primer toro, cuando el público aún no ha entrado en la corrida y sus reacciones ante el espectáculo pueden ser frías. También así se evita la responsabilidad de ejercer como director de lidia, que queda en manos del primer espada del cartel. Tomás tampoco acostumbra a ser el tercer diestro, que tiene que lidiar al último toro, cuando el público está más bien pensando en salir de la plaza, y no llevar la iniciativa, sino tener que responder ante lo que pudieran haber hecho sus compañeros anteriormente. Los meteorólogos tomasistas también acertarán si pronostican que el torero saldrá a por todas, tanto que, como acostumbra a ocurrir en la mayoría de sus citas, puede resultar herido y perderse la siguiente fecha de su tourné 3008, El Puerto de Santa María, en un mano a mano con José Antonio Morante de la Puebla con toros de Núñez del Cuvillo el 10 de agosto. La expectación está servida.