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EUROCOPA 2008

El juego de toque devuelve la senda de la victoria

Por Álvaro HeraltaTiempo de lectura4 min
Deportes29-06-2008

El 21 de junio de 1964 queda ya lejano en la memoria del aficionado español. Fue la fecha en la que España consiguió su último título: la Eurocopa tras ganar a la URSS en el Santiago Bernabéu. Cuarenta y cuatro años después, el conjunto de Luis Aragonés, con su juego de toque y liderado por jugadores como Íker Casillas, Xavi Hernández, David Villa y Fernando Torres, ha conseguido hacer realidad el sueño de su hinchada: volver a proclamarse campeones de Europa.

El camino hacia Austria y Suiza no fue nada fácil para España, pues, en las primeras jornadas de la fase de clasificación, el equipo cosechó dos derrotas seguidas ante Irlanda del Norte y Suecia. Parte de la prensa y de la afición pidieron la destitución del seleccionador, Luis Aragonés. La Federación, en cambio, mantuvo su confianza en el Sabio de Hortaleza y ésta dio sus frutos con la clasificación de la Roja para la Eurocopa después de, además, haber desplegado un buen juego en las últimas jornadas ante rivales como Dinamarca y Suecia. La polémica, sin embargo, regresó cuando Aragonés dio a conocer su lista de 23 seleccionados para la cita veraniega. Al técnico madrileño se le criticó por haber dejado fuera a hombres como Raúl González y José María Gutiérrez, Guti, y por haber incluido a jugadores como Santiago Cazorla o Sergio García, que nunca antes habían sido convocados. El Zapatones, con todo, decidió apostar para el torneo por un 4-1-3-2, en el que destacaba la delantera formada por Fernando Torres y David Villa además de un mediocampo en el que con Xavi Hernández, Andrés Iniesta y David Silva el juego de toque iba a ser el gran protagonista. Marcos Senna fue el encargo de sustituir en el once a David Albeada, que pese a ser indiscutible para el entrenador no acudió al campeonato al pasarse casi toda la temporada en blanco, y con su gran recuperación de balones se convirtió en el pulmón del equipo. La apuesta le salió bien Aragonés, ya que, en el debut, la escuadra nacional goleó a Rusia con un hattrick del Guaje. El ariete asturiano se volvió a erigir en el gran héroe de la selección en el segundo partido ante Suecia, pues, con un golazo en el último minuto, dio la victoria ante los escandinavos y selló el pase de los españoles a los cuartos de final. En el último choque de la fase de grupos con el liderato ya conseguido y, por lo tanto, sin nada en juego, los suplentes demostraron su valía al derrotar a la Campeona de Europa de 2004, Grecia. En la siguiente ronda, el pase a semifinales no iba a resultar nada fácil, pues para acceder a ella había que eliminar a la Campeona del Mundo, Italia. España fue mejor que los transalpinos, pero los futbolistas españoles no pudieron concretar ninguna de las ocasiones que dispusieron y tuvieron que jugarse su suerte a los penaltis. En ellos, Íker Casillas con sus paradas rompió el maleficio de los cuartos de final y logró que los de Aragonés se colaran entre los cuatro mejores de Europa. En las semifinales, Rusia fue el último escollo antes de llegar al último partido. Las cosas se complicaron durante el choque para la selección con la lesión de Villa, pichichi del torneo. La roja, sin embargo, supo sobreponerse y bajo la batuta de Cesc Fábregas, sustituto del asturiano entre los titulares, volvió a arrollar a los de Guus Hiddink al igual que ya había sucedió durante la primera fase. Alemania era el último peldaño que separaba a los españoles de convertir en realidad lo que antes de iniciar el torneo parecía una simple utopía: proclamarse campeones de Europa. Los teutones tenían más experiencia en este tipo de partidos, pero ello no fue suficiente para que pudieran derrotar a una España que hizo del buen fútbol y la ilusión su bandera. Un tanto de Torres posibilitó que el cielo de Viena viera como Casillas alzó el trofeo de campeón poniendo así fin a 44 años marcados por la desilusión de una afición que, por fin, puede presumir volver a presumir de ser de nuevo los reyes de Europa.