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EUROCOPA 2008

España recupera la corona de campeón de Europa

Por Á. Heralta / A. G. NietoTiempo de lectura2 min
Deportes29-06-2008

España vuelve a reinar en Europa después de vencer a Alemania en la final de la Eurocopa por la mínima con un tanto de Fernando Torres. Los de Luis Aragonés nunca renunciaron a su estilo y vencieron, tanto a los teutones, como a Rusia en la semifinal, de manera contundente. Los de Joachim Löw, por su parte, se plantaron en el último partido tras derrotar a Turquía con un juego poco convincente pero muy efectivo que no les dio resultado ante los españoles.

Final España, tras un inicio titubeante de partido, desplegó el juego de toque que venía desarrollando durante todo el torneo y se hizo con el triunfo final gracias a un tanto de Fernando Torres en la primera mitad. Al conjunto de Luis Aragonés no le amedrentó el mayor historial de su rival y desarboló de principio a fin a una Alemania que no supo parar el poderío ofensivo español y careció de la efectividad de partidos anteriores. El conjunto de Luis Aragonés, de hecho, mereció obtener una mayor ventaja en el marcador y se proclamó de manera justa como campeón de Europa. Semifinales Los de Luis Aragonés brindaron a la afición una semifinal de altura. Rusia llegaba como el ogro que se había deshecho del gran favorito, Holanda. Pero España se desenvolvió con la autoridad de un equipo campeón, como si acostumbrara a medirse por tales mieles. Su juego intachable en defensa, sutil en la creación y brillante en ataque le valió para arrollar a los de Guus Hiddink, pese a perder a David Villa, alma goleadora del equipo, por una lesión en los primeros minutos. La baja del asturiano fue un serio percance, el único, de cara a la final. Alemania se metió en el partido por el título de una forma totalmente opuesta. Los teutones apearon a un heroico conjunto turco que, con sólo doce jugadores de campo, realizó una exhibición de casta y fe para poner contra las cuerdas a su oponente durante noventa minutos. Turquía dominó en todo momento, pero la mentalidad ganadora de los germanos les bastó para asestar tres certeros golpes que les propiciaron el triunfo. Alemania alcanzó así la final con el esfuerzo mínimo, igual que había hecho en los cuartos de final, pero con la sensación de ser capaz de doblegar a cualquier rival con unos minutos de inspiración.