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Documentación: Algunas respuestas a ciertas ‘europreguntas’

Por Raquel GonzálezTiempo de lectura3 min
Economía06-01-2002

Las dudas han surgido, surgen y seguirán surgiendo. De repente cambian muchos hábitos y hay que acostumbrarse a ellos. Aunque a estas alturas los ciudadanos deberían estar ya informados, para los rezagados se plantean a continuación respuestas a algunas preguntas frecuentes sobre el euro.

¿Subirán los precios? No tiene por qué. Los comerciantes se han adherido voluntariamente al Código de Buenas Prácticas y por tanto aseguran que el redondeo no ha sido al alza en ninguno de los casos. Para saber si un comercio practica el Código de Buenas Prácticas sólo hay que buscar en la entrada una pegatina llamada euroetiqueta. Aunque lo cierto es que ese distintivo les ha llegado por correo a la mayoría de los comerciantes sin preguntarles previamente si se adherían o no al Código. ¿Cómo se hace el redondeo? Para ello sólo hay que fijarse en la tercera cifra de los decimales, si esta es cinco o superior a cinco, entonces se le suma uno al segundo decimal. Si por el contrario el tercer decimal es inferior a cinco, el segundo decimal no cambia. ¿Variará el valor del euro? No. Un euro vale y valdrá 166,386 pesetas. ¿Qué es pensar en euros? Pensar en euros es lo que se debería hacer cuanto antes, según recomendaciones de los expertos. Significa que hay que intentar cambiar pronto la tendencia a traducir cuantas pesetas son equis euros para así saber el valor exacto de lo que compramos. Esto será fácil cuando se tengan ciertas referencias, como la de los sueldos o la equiparación entre los precios de los productos. Hasta que nos acostumbremos a pensar en euros, ¿hay algún truco para realizar la conversión de un modo sencillo? Lo hay, aunque hay que tener una mente ágil para poder hacerlo sin demasiados quebraderos de cabeza. Si se quiere saber cuánto vale en pesetas algo etiquetado en euros, sólo hay que multiplicar la cantidad en euros por 1.000 y dividirlo por seis. Es decir, 24 euros serían 4.000 pesetas (24 x 1.000 = 24.000 : 6 = 4.000 pesetas). Y si queremos saber cuántos euros son 2.000 pesetas, multiplicaremos por seis y dividiremos entre 1.000 (2.000 x 6 = 12.000 : 1.000 = 12 euros). ¿Qué hacer con las pesetas que nos queden? Hasta el 28 de febrero del 2002 se podrá pagar indistintamente en pesetas y en euros. De todos modos, si queremos deshacernos cuanto antes de las pesetas que aún rondan por casa, se podrá hacer el cambio a euros en cualquier entidad de crédito hasta el 30 de junio del 2002. A partir de esa fecha, y por tiempo ilimitado, sólo se podrá hacer en las sucursales del Banco de España. ¿Se puede cambiar cualquier cantidad de pesetas en los bancos? Hasta dos millones y medio se podrán cambiar sin que el banco pida explicaciones de ningún tipo. Si la cantidad a cambiar en euros oscila entre los dos millones y medio y los cinco millones pedirán al sujeto que se identifique con su DNI. Si la cifra sobrepasa los cinco millones, ese cambio será notificado al Banco de España. ¿Y qué ocurre con el dinero que está ingresado en el banco? Ese dinero lleva transformado en euros desde el 15 de septiembre del 2001. Los bancos han hecho este cambio de un modo gratuito. A partir del uno de enero del 2002, todos los cajeros expenderán billetes en euro, salvo fallos técnicos inesperados. ¿Provoca alergia el níquel de los euros? Lo que está claro y comprobado es que los euros destiñen, dejan restos de su metal en los dedos cuando se manejan muchas monedas, sobre todo las de menos valor. Pero a pesar de esto no darán alergia, porque sólo las de uno y dos euros tienen un nivel mínimo de níquel, el resto de monedas no. De este modo, los únicos sensibles de padecer alergia a los euros serían aquellos trabajadores que están en contacto directo y continuo con ellos, como en los bancos o en las tiendas. En ese caso, la solución sería trabajar con guantes.