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CREACIÓN

Theo Jansen diseña su ¬animal de playa¬ en Santander

Por Adriana EscaladaTiempo de lectura2 min
Cultura20-06-2008

El artista holandés Theo Jansen lleva casi dos décadas creando una nueva especie que se mueve con la fuerza del viento. Esta vez el animal de playa (en su idioma strandbeest) no ha sido diseñado y construido sólo por él, han contribuido en su obra 15 alumnos que participan en el curso Construyendo vida de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP)de Santander. Más pequeño que la mayoría de sus creaciones ha sido realizado en tan sólo ocho horas, todo un récord que le hace merecedor de entrar en el libro Guiness. Ha sido así, por la ayuda que ha recibido de los alumnos. Cuando trabaja sin colaboradores suele necesitar tres semanas para hacer el mismo trabajo.

El creador holandés abandonó sus estudios de Física en la universidad para dedicarse a la pintura, pero la ciencia seguía viviendo en él y enseguida empezó a interesarse por la robótica y la aeronáutica. En los años setenta construyó un platillo volante, con el que consiguió aterrorizar a los habitantes de la ciudad holandesa de Delft, y un robot capaz de pintar grafitis en las paredes. Fue en los 80 cuando comenzó a sentirse atraído por la creación de vida artificial. Hace 18 años inició su ambicioso proyecto Strandbeest, que ya va por la 25 generación de animales cinéticos, unas criaturas que espera que sigan evolucionando hasta que puedan sobrevivir en las playas y se conviertan en inmortales. Según su creador, eso ocurrirá dentro de unos cuatro años. Incluso uno de sus animales de playa salió en un anuncio publicitario de una marca de coches. Al principio, sus creaciones tenían unas estructuras muy básicas, se movían mal y no aguantaban demasiado tiempo sin caerse. De todas formas, él con todo esto aprendió mucho de mecánica, lo suficiente como para que sus animales, cuyos esqueletos están hechos de tubos, donde introduce cables eléctricos, se hicieran cada vez más complejos. Las criaturas que ahora construye son capaces de moverse incluso cuando no hay viento porque tiene un mecanismo fabricado con botellas de plástico que le permite almacenar energía pero, por el momento, no les puede dejar solos durante mucho tiempo. Jansen no descarta que sus obras pudiesen tener en el futuro alguna utilidad, como por ejemplo, en el terreno agrícola, ya que pueden desplazarse por los humedales. A sus 60 años, ha confesado que lleva un tiempo en el que alterna periodos de depresión y de creatividad. Animalis Sabulosa y Animalis Rhinozeros son los nombres que han recibido algunas de sus criaturas y la que ha construido en el Palacio de la Magdalena de Santander ha sido bautizada como Animalis Andrea. Este último nombre ha sido así porque una de sus alumnas le preguntó cómo a iba llamarse la nueva bestia y él decidió ponerle el nombre de aquella estudiante. Theo Jansen ya ha dado vida a la nueva strandbeest y en las dos jornadas de curso que quedan acompañará a sus alumnos a un supermercado para que elijan su propio material creativo e intentará responder ante ellos a una pregunta: ¿cómo hizo Dios su trabajo?.