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AFGANISTÁN

Afganistán se embolsa 14.000 millones para su reconstrucción

Por J. F. Lamata MolinaTiempo de lectura1 min
Internacional15-06-2008

Hablando en números claros: Afganistán había calculado 32.500 millones de euros para su plan de desarrollo hasta 2013. En la conferencia de Londres de 2006 recaudó un total de 20.000 millones de euros y la semana pasada logró en París arrancar a los europeos el compromiso de 14.000 millones más, con lo que –de cumplir los donantes su palabra– se superaría la cifra solicitada.

La conferencia reunía a un total de 67 países, incluida España (que entre esta conferencia y la anterior entregará a Afganistán unos 200 millones de euros). Los estados que más aportan son los que encabezaron la coalición internacional durante la guerra de 2001: Estados Unidos (que abonaron al Gobierno afgano unos 6.600 millones de euros) y Reino Unido (con 757 millones). A la conferencia también asistieron diversas organizaciones, la más generosa de ellas fue el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD). Con las conferencias de este tipo conviene recordar las recomendaciones del escritor y diplomático José María Ridao: “el éxito no sólo dependerá de las cantidades recaudadas, sino de la eficacia con la que las utilicen los gobiernos beneficiarios. Sin control, corren el riesgo de convertirse en simples fracasos diferidos”. Afganistán, el país que la obra de teatro de Homebody Kabul define como un auténtico infierno, está viviendo los primeros años de relativa calma, aunque algunas zonas del país siguen en manos de milicias mixtas. La guerra por el poder de los años setenta del siglo pasado llevó la inestabilidad al país: primero al fin de la monarquía, luego a un régimen comunista que encabezó Taraki tras asesinar al presidente anterior; más tarde a un Gobierno anticomunista presidido por Amín tras matar a Taraki; posteriormente con la invasión soviética llegó el dictador Karmal tras el asesinato de Amín, y a Karmal lo sustituyó Najibulá que acabó ahorcado y despedazado públicamente por los talibanes del mulá Omar (quien a día de hoy sigue huido de la Justicia). El actual presidente, Hamid Karzai, deseará un final más afortunado que todos sus antecesores, su vida está igual o más amenazada que todos ellos, pero cuenta con más apoyo internacional.