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TOROS

Madrid se rinde sin condiciones ante José Tomás

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Espectáculos08-06-2008

Hacía tiempo que la Fiesta de los toros no ocupaba, y de forma positiva, las portadas de los periódicos. Y, en homenaje a los aficionados de siempre, ya era hora que el arte de torear copase la atención de la prensa, mostrando su arte en el estado más puro. Lo de menos quizás sea si el premio logrado por José Tomás en Madrid fue totalmente merecido o no.

A estas alturas –a toro pasado, pues– tampoco importa si se confeccionó un cartel a medida –era inevitable destacar el valor de José Tomás ante la forma de estar ante el toro de Javier Conde-–, que él no abriese el paseíllo, ni que tampoco lo cerrase –confirmó alernativa un joven Luque, que apuntó posibilidades–, ni que los toros de Victoriano del Río, que tuvieron sus complicaciones, transmitiesen, un concepto que no siempre puede emplearse en esta era de la sosería. Lo que no se puede negar a José Tomás, más allá de que se le considere un extraterrestre, un mito venido de otra galaxia y el dios del toreo contemporáneo, es su valor inmenso, su entrega y disposición, y la categoría con la que el 5 de junio de 2008 –atención a las efemérides- ejecutó el toreo de capa, el toreo de muleta y la suerte de matar. La segunda de sus faenas fue propia de esas que hacen aficionados. Y alguno nuevo ganó el orbe taurino ese día, pues –hay que reconocerlo- el respetable de la Monumental aquel día no era el habitual: muchos pagaron un riñón -¡cómo estaba la reventa!- por ver torear al hombre que tan poquito habla fuera del ruedo y del que tantos superlativos habían escuchado. Bien es verdad que otros toreros no se han dejado televisar. Pero también es cierto que si la figura de Tomás está, como dicen, por encima de las del resto, no debería conformarse con torear para quienes pueden pagarse el billete. Es más, como figura, la auténtica afición debería exigirle más, pues se es torero dentro y fuera de la plaza. Casualmente el 5 de junio Madrid vestía de traje oscuro y corbata. En los festejos de esa feria del Aniversario en que se encuadró el reencuentro de Tomás con Las Ventas hubo otro público, que no aplaudió gratuitamente, que se quejó del ganado, que exigió a los toreros y que premió –no sólo de Tomás vive el hombre- a Perera, Morante, Cayetano, Talavante y, a caballo, a Diego Ventura. El próximo domingo 15 de junio José Tomás vuelve a Madrid y con él la delicia de intentar buscar la verdad, para contarla, en un arte tan subjetivo como es el toreo. Quienes como santo Tomás –paradojas de la vida– no creíamos hasta verlo, ya hemos tenido la oportunidad de meter el dedo en la yaga. Sin embargo, no estaría de más, por el bien de la Fiesta, dejar sitio en la cabeza a otros toreros, que durante la ausencia del de Galapagar han representado con dignidad la Tauromaquia de plaza en plaza, con televisión incluso, y ante todos los públicos. Dicen que el mejor aficionado es aquel al que más toreros caben en la cabeza.