CINE

Muere Sydney Pollack

Por LaSemana.es2 min

Espectáculos26-05-2008

La señal más inequívoca de que el viejo Hollywood desaparece es que poco a poco van muriendo varios de sus directores míticos. El último de ellos ha sido Sydney Pollack, muerto el pasado 26 de mayo a los 73 años. Pollack, uno de los grandes cineastas de la primera generación salida de la televisión, había ganado el Oscar por la dirección y producción de Memorias de África. Era uno de los mejores directores estrella de los últimos tiempos.

Sus últimas películas han sido Sketches of Frank Gehry, un documental sobre el arquitecto, y La intérprete, un filme de intriga política portagonizado Nicole Kidman y Sean Penn. Recientemente se ha estrenado también su última película como actor, otra de sus labores. Ha sido La boda de mi novia. Pollack comenzó precisamente a trabajar como actor en la década de los 50 para posicionarse como director de televisión y más tarde como cineasta. Su primera película de cine fue The Slender Thread, ya con estrellas de la talla de Sidney Poitier y Anne Bancroft. Su primera nominación al Oscar le llegó en 1969 con Bailad bailad malditos. No se desvió del dífícil camino de combinar éxito comercial y de calidad en ningún momento de su carrera. Lo demostró con Tal como éramos, Los tres días del cóndor y Tootsie. Entonces llegó 1985, el año en el que ganó el Oscar a mejor director y mejor película gracias a Memorias de África. La historia de amor entre Robert Redford y Meryl Streep, acompañados de su excelente banda sonora, es uno de los motivos clásicos del cine del siglo XX. En ningún momento paró de trabajar en cine a lo largo de su carrera. En los 90 dirigió La tapadera, Sabrina y Caprichos del destino, para acabar en 2005 con La intérprete. En los últimos años redujo el ritmo de su trabajo como director para cobrar mayor importancia como productor. Como tal llevó a la pantalla Sentido y sensibilidad, de Ang Lee, El talento de Mr. Ripley, Cold Mountain, ambas de Anthony Minghella, y Michael Clayton, de Tony Gilroy, entre muchas otras. Fue en paralelo su carrera como actor, una actividad que practico hasta hace muy poco. Su rostro apareció en filmes como Maridos y mujeres, de Woody Allen, Eyes wide shut, de Stanley Kubrick, y El juego de Hollywood, de Robert Altman.