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CATÁSTROFES NATURALES

Los países pobres sufren más ante los desastres naturales

Por Paula PortasTiempo de lectura1 min
Sociedad12-05-2008

Los desastres naturales se han cuadruplicado en los últimos veinte años. Siempre causan muerte, hambre y destrucción pero sus efectos son más devastadores cuanto más pobres son las sociedades.Las graves consecuencias que producen las tormentas tropicales, erupciones volcánicas o seísmos, han afectado de forma muy importante las economías y sociedades de diferentes partes del mundo.

Inundaciones en Vietnanam, tsunami asiático, el ciclón que asoló Blanglades en 1991 o el gran terremoto en China de 1.976 que dejó 240.000 muertos, son algunas de las catástrofes históricas del SXX. Ahora, la Naturaleza ha vuelto a golpear Asia con el paso del devastador ciclón Nargis sobre Birmania y el seísmo registrado al suroeste de China. Lo provocado por las fuerzas de la naturaleza en pocos segundos fue devastador. Miles de fallecidos y millones de personas que han perdido todas sus pertenencias desesperados por recibir ayuda desde cualquier parte del mundo. La reacción de sus dictatoriales Gobiernos ante la tragedia ha sido radicalmente diferente. Mientras China actúa de forma diligente, las reticencias de la Junta Militar Birmana a recibir ayuda humanitaria para uno de los pueblos más pobres del mundo son objeto de crítica internacional. Si la pobreza ya es una catástrofe, mayores son los efectos y peor la recuperación en los países pobres. La magnitud del desastre aumenta en los países subdesarrollados por la inseguridad en viviendas e infraestructuras, la alta concentración de la población o la carencia de sistemas de alerta y de recursos para reaccionar de forma inmediata. En China, la mala construcción de muchos colegios, derrumbados durante el seísmo, provocaron la muerte de miles de niños atrapados bajo los escombros. La lucha contra los desastres naturales y sus efectos no sólo debe partir de la prevención para mejorar la calidad de viviendas e infraestructuras, sino también de la solidaridad mediante la ayuda de los diferentes países y organismos internacionales. Nada ni nadie garantiza que en cualquier lugar del mundo pueda ocurrir lo mismo.