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A LOS 82 AÑOS

Fallece Calvo Sotelo, el presidente del Gobierno que hizo frente al 23-F

Por Raquel RodrigoTiempo de lectura3 min
España04-05-2008

Fue un férreo defensor de la democracia y apasionado del periodo de la transición. En una de sus últimas entrevistas llegó a decir que “la clave de la de aquella época es que se hizo en poco más de 12 meses. Yo pasé directamente de mi despacho de Unión Española de Explosivos a un Ministerio sin tiempo casi ni de cambiarme de corbata”. Calvo Sotelo, sucesor de Adolfo Suárez al frente de la presidencia del Gobierno, falleció de un infarto en su domicilio de Pozuelo de Alarcón (Madrid) el pasado 3 de mayo.

Sustituyó a Adolfo Suárez en la presidencia del Gobierno durante 22 meses, entre 1981 y 1982. Supo hacer frente al intento de golpe de Estado del teniente coronel Tejero el 23-F, ocurrido durante la segunda votación de su investidura como presidente. Como consecuencia de la crisis interna por la que pasaba su partido, Unión de Centro Democrático (UCD), adelantó la convocatoria de elecciones, que ganó el socialista Felipe González. Todas las autoridades del país quisieron expresar sus condolencias a la familia y la admiración que sienten hacia este personaje histórico. Así, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, manifestó “su pesar más hondo y sincero” por el fallecimiento del ex presidente. “Es un sentimiento que, en este día triste, estoy seguro que comparte la mayoría de los ciudadanos, agradecidos por el firme compromiso del presidente Calvo Sotelo con la legalidad y la democracia”, afirmó. El líder del PP, Mariano Rajoy, también le dedicó unas palabras: “La pérdida de una figura de la calidad humana y la relevancia de un hombre de Estado como Leopoldo no puede sino sumirnos en la tristeza, al tiempo que nos obliga a mostrar el agradecimiento por el ejemplo vital y político que nos deja”. El sucesor de Calvo Sotelo, Felipe González, recalcó que el fallecido, “un gran servidor del Estado, practicó la política con mayúsculas”, siendo un ejemplo de “lealtad al Estado y de honestidad en momentos muy difíciles de la reciente historia de España”. El presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, y diputado desde 1977, Alfonso Guerra, destacó la gran labor que realizó, afirmando que quedará “siempre ligada a aquella gran operación de desmontaje del aparato de la dictadura”. Otros dirigentes como José Bono o Jaime Mayor Oreja le definieron como “la tranquilidad en un tiempo de sobresaltos” y “gran monárquico y gran demócrata”. La mañana del domingo estuvo dedicada a él. José Luis Rodríguez Zapatero y los presidentes del Senado y del Congreso, Javier Rojo y José Bono, respectivamente, recibieron en el Congreso de los Diputados el féretro con los restos de Leopoldo Calvo Sotelo, en cuyo Salón de Pasos Perdidos se instaló la capilla ardiente. Fue recibido por una sección de honor del Ejército y escoltado por Guardia Civil y Policía Nacional. Además, estuvo acompañado todo el día por soldados de los tres ejércitos y agentes de la Guardia Civil. Acudió asimismo Su Majestad el Rey Juan Carlos acompañado de la Reina Sofía y los Príncipes de Asturias. El monarca destacó que “ha muerto un gran español, un gran hombre de Estado, un demócrata y una persona muy querida”. “Nunca olvidaré su encomiable entrega al servicio de España durante tantos años, su impagable contribución a nuestra transición, su labor para situar a España en el lugar que le corresponde en el mundo, y su probada y permanente lealtad a la Corona” agregó, al tiempo que quiso expresar junto con su familia, “el más hondo pesar por el fallecimiento del Presidente Don Leopoldo Calvo Sotelo, así como rendirle el más sentido homenaje de respeto y gratitud”. El Rey depositó sobre el féretro del ex presidente el Collar de la Real y Distinguida Orden de Carlos III. El jueves 8 tendrá lugar el funeral de Estado, que presidirán los Reyes y al que acudirán todas las autoridades del Estado. El Gobierno declaró tres días de luto oficial por Leopoldo Calvo Sotelo, primer presidente de la democracia que fallece. En la segunda vuelta del pleno de su investidura se produjo el fallido golpe de Estado de Tejero, dos días más tarde era proclamado presidente del Gobierno por mayoría absoluta. Durante su mandato tuvo lugar el ingreso de España en la OTAN, además, tuvo que hacer frente a ETA en un momento de gran actividad, que dejó 132 víctimas mortales. También tuvo que hacer frente a la crisis del aceite de colza y recibir en España el Guernica de Picasso. Estaba casado con Pilar Ibáñez-Martín, hija de José Ibáñez-Martín, ministro de Educación en la posguerra, y era padre de ocho hijos. Será enterrado en Ribadeo, en palabras de su hijo mayor “el pueblo al que estaba más allegado”.