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FÚTBOL

El espíritu ganador encumbra al Madrid

Por Álvaro HeraltaTiempo de lectura3 min
Deportes04-05-2008

El Real Madrid no conquistaba dos campeonatos consecutivos desde 1987. Entonces, los blancos aún encadenaron tres Ligas más. Ahora, Concha Espina parece haber recuperado la ambición. Los madrileños, que en 2007 acabaron con una sequía de títulos que duraba tres años, sumaron la segunda Liga consecutiva tras demostrar, a lo largo de toda la temporada, un renovado espíritu ganador.

Pese al triunfo en la campaña anterior, la temporada comenzó con varias novedades en el Real Madrid, la más relevante la llegada al banquillo de Bernd Schuster. La Liga obtenida por Fabio Capello, tras tres años de abstinencia, no fue suficiente aval. Después de la reconstrucción, era la hora de buscar más: Schuster aterrizó en Concha Espina respaldado por sus dos buenos años al frente del Getafe, al que hizo subcampeón de Copa. Con el alemán llegaron siete nuevos jugadores, entre los que han destacado Kléper Laveran Pepe, Arjen Robben y Gabriel Heinze. El brasileño y el argentino llegaron para apuntalar la defensa blanca, uno de los puntos más débiles del equipo la anterior campaña, pese a Íker Casillas; el holandés, pese a su fragilidad física, se ha convertido en el fichaje estelar de la temporada, pese a su fama de tener rodillas de cristal. Todos ellos se impusieron como objetivo que el equipo destacara por encima de las individualidades. Un comienzo esperanzador El Madrid no acusó la baja de hombres importantes en la historia reciente del club, como Roberto Carlos, Iván Helguera y David Beckham, y comenzó la temporada lanzado, pese a una pobre pretemporada. Seis victorias y un empate hicieron que se aupara al liderato desde la segunda jornada. Además, la solvencia a domicilio, con triunfos sonoros como los conseguidos en Villarreal y Valencia, suscitaron las primeras euforias. La sensación que se acrecentó antes del parón navideño, cuando Julio Baptista certificó el triunfo merengue en el Camp Nou y dejaron a los azulgranas a siete puntos. El inicio de 2008 continuó victorioso, pero con síntomas de debilidad: muchos partidos se resolvieron por la pegada de Ruud Van Nistelrooy y la seguridad de Casillas. Sin embargo, la pájara llegó en el peor momento, febrero, cuando se jugaban las eliminatorias de los torneos importantes. Problemas durante la temporada En la Liga de Campeones, uno de los grandes objetivos de la temporada, el Real Madrid volvió a caer eliminado en los octavos de final, contra un Roma que explotó sus miserias y ganó los dos encuentros. En la Copa del Rey, torneo que no ganan desde 1993, no hubo mejor suerte y perdieron su primer partido en el Bernabéu contra un solvente Mallorca. Ahí afloraron las dudas y los nervios, con tres derrotas en cuatro partidos. El último de ellos, contra el Getafe, llevó al Barcelona a tan sólo dos puntos. Con la baja por lesión del goleador Van Nistelrooy se empezó a hablar del síndrome Schuster, esto es, el bajón tras una extraordinaria primera vuelta. Éxito del proyecto de Schuster Pero sentir el aliento azulgrana hizo reaccionar al equipo blanco: el resurgimiento de Raúl González, una vez recuperada su posición próxima al área; la visión de juego de José María Gutiérrez, Guti, el jugador con más pases de gol de la Liga, y la habilidad de Robinho fueron un golpe sobre la mesa que, con la irregularidad de sus perseguidores, les devolvió una ventaja de diez puntos. El resto es historia: el trabajado triunfo contra Osasuna concretizó, a tres jornadas para el final, un título cantado: una Liga que representa la consolidación de un bloque ganador y que trae un nuevo reto: volver a competir por ganar la Copa de Europa.