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KENIA

El pacto poselectoral empieza a funcionar tres meses y mil muertos después

Por J. F. Lamata MolinaTiempo de lectura1 min
Internacional20-04-2008

Mwai Kibaki, el hombre que acabó con el poderío imperante de los Kenyatta-Arap Moi en 2002, sigue siendo el presidente de Kenia, pero a partir de ahora lo acompaña en esa tarea su, hasta hace poco, mayor enemigo, el opositor naranja millonario, Raila Odinga. Éste es el primer ministro, cargo que hasta ahora no tenía significación en Kenia.

Tras largas y difíciles negaciones -en las que el ex secretario general de la ONU Kofi Annan ha jugado un papel decisivo- se decidió dejar de discutir sobre quién ganó o perdió las pasadas elecciones presidenciales y repartirse el pastel. "El nuevo Gobierno tiene el reto de construir una nueva Kenia", dijo el pasado 14 de abril el presidente, Mwai Kibaki, quien desde el primer día de crisis venía proponiendo que la solución era un Gobierno de coalición presidido por él. Raila Odinga estaba de acuerdo en lo primero, pero no en lo segundo, no aceptaba ser un vice. La solución propuesta, ser jefe del Gobierno, parece haberle convencido. El nuevo primer ministro se dirigió a la nación añadiendo: "os quiero agradecer, a mis compatriotas keniatas, vuestra tolerancia y paciencia durante este tiempo y haré todo lo posible para asegurar que nuestro país, Kenia, vivirá una época de paz, unidad y estabilidad". Era todo un hito ver a Odinga jurando su cargo de primer ministro, puesto que el juramento incluye "lealtad hacia el presidente" Kibaki. Una de las primeras medidas del Gobierno es intentar que vuelvan todos los exiliados durante la irrupción violenta de principios de año. Pero 1.500 ya no podrán volver. El acuerdo no pone del todo fin a conflictos en Kenia, ya que durante estos días de negociaciones el problema principal no han sido los choques de gubernamentales con los naranjas (que ahora pasan a ser también gubernamentales), sino con los miembros de la secta religiosa Mungiki. El líder de la citada secta, Maina Njena, se encuentra detenido, su esposa fue decapitada y 12 de sus miembros fueron abatidos por el Ejército durante la pasada semana. Un portavoz de la secta ha asegurado que planteará protestas contra el nuevo Gobierno, primera prueba de fuego para el tándem Kibaki-Odinga.