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CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

Bono, primer presidente de las Cortes elegido sin mayoría absoluta

Por Raquel RodrigoTiempo de lectura3 min
España04-04-2008

José Bono por fin ha encontrado su sitio. Zapatero le prometió la presidencia de la Cámara Baja incluso antes de las elecciones, y no le ha defraudado. Aunque sin cumplir el requisito de la mayoría absoluta, Bono presidirá el Congreso de los Diputados.

La IX legislatura se presentaba como “misteriosa”, no se conocían los cambios de ministros ni los nuevos cargos, pero finalmente se ha desvelado, y José Bono, que aparecía como principal candidato a la Cámara Baja, ha sido el ganador. El cargo se lo disputaba con Ana Pastor, del Partido Popular, pero ésta ha conseguido 152 votos, frente a los 170 de Bono. Es la primera vez en la democracia española que un presidente del Congreso no es elegido en la votación inicial por falta de mayoría absoluta y tiene que ir a una segunda vuelta, en la que tampoco consiguió la totalidad de los votos requeridos para presidir, aunque resultó elegido por mayoría simple. Bono es el presidente que menos apoyos ha recibido en la etapa democrática, por detrás de Federico Trillo, con 179 votos en 1996. En su primera intervención como nuevo presidente del Congreso, Bono se comprometió a “acompañar a la Cámara en sus avatares, sabiendo que aquí nadie es más que nadie”. Dedicó unas palabras a su antecesor en la presidencia, Manuel Marín y Alfonso Guerra, diputado desde 1977 y vicepresidente del Gobierno de Felipe González. Dentro del PSOE no todos están contentos con este nombramiento. Guerra afirmó en una emisora de radio, que si de él dependiera, Bono no sería candidato socialista “seguro”. Ambos mantienen una vieja enemistad, y Guerra aseguró que había “otros candidatos más idóneos”, como por ejemplo el mismo. Durante su intervención, Bono invitó a “tomar ejemplo de la sociedad española”: “Imitemos a la sociedad que representamos”. Lo calificó como “una llamada a la calma y al consenso”, ya que “el tumulto nunca conduce al progreso”. Unas horas después de su elección, el Rey Juan Carlos recibió a Bono en el Palacio de la Zarzuela, para que el presidente de la Cámara Baja le comunicara la nueva constitución. Tras la audiencia, Bono no quiso hacer declaraciones, porque afirmó que “no es costumbre”. Para poder ocupar su nuevo cargo, José Bono dimitió del puesto que ocupaba desde 2006 como consejero electivo del Consejo de Estado, por ser ambos cargos incompatibles. Bono necesitaba un total de 176 escaños para ser elegido presidente del Congreso por mayoría absoluta, pero tan solo obtuvo 170. En primera vuelta consiguió 168 (el PSOE tiene 169 diputados), y quedaron 28 votos en blanco y uno nulo. Antes de las votaciones ya se había hecho público que Convergencia i Unió (CiU) no iba a votar a Bono como presidente de la Cámara Baja y que el Bloque Nacionalista Gallego (BNG) se iba a abstener. El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran, afirmó que “Bono ya es presidente del Congreso desde el día en que el PSOE ganó las elecciones, con los votos de muchos catalanes”. Por su parte, el BNG votó en blanco porque siguen “abiertos al diálogo”, aunque afirmaron que no ven “una actitud flexible en el PSOE”. Francisco Jorquera, diputado de BNG, explicó que su decisión de abstenerse en vez de votar en contra “es una muestra de buena voluntad”, pero manifestaron que no se consideran “satisfechos con las respuestas del PSOE a los planteamientos realizados por el BNG”. Añadió que su voto en blanco a Bono “es también una manifestación de discrepancia con la figura de Bono, un hombre sectario y muy hostil”.