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CINE

Azcona, en cochecito al cielo

Por Vicente Sánchez MTiempo de lectura1 min
Espectáculos26-03-2008

“La poesía es indispensable, pero me gustaría saber para qué”, con esta frase resumía Jean Cocteau su escepticismo en tono a la necesidad del arte. Desde esta premisa trabajó Rafael Azcona para que sus historias fueran algo más que buenas películas. Tras su muerte a las 81 de edad, podemos afirmar que su legado, no sólo es el testimonio de un genio del cine, sino la poesía de toda una generación española.

De la pluma de este riojano universal salieron algunas de las mejores películas que se han hecho en la historia del cine español. Sus primeros trabajos comenzaron en 1951 para la revista satírica La codorniz, en los que empezó a mostrar su visión irónica de la sociedad. No sería hasta 1958 cuando lograría que el director italiano Marco Ferreri se fijara en uno de sus guiones, filmando la genial El pisito. Dos años después volverían a colaborar juntos en El cochecito. Dos cintas que lograron el reconocimiento internacional y dieron pistoletazo de salida para la carrera de Azcona. Años más tardes Ferreri volvería a trabajar bajo guión de Azcona con la polémica La gran comilona. De la mano del director español Luís García Berlanga, Azcona consolidaría su carrera, escribiendo algunos de sus mejores guiones como Placido (1961), El verdugo (1963) o La escopeta nacional (1978). Obras maestras que han superado nuestras propias fronteras y se han convertido en trabajos de referencia internacional. Entre los premios que recibió por su labor como guionista destacan el Premio Nacional de Cinematografía (1982), y los Premios Goya al mejor guión por El bosque animado (1988); al mejor guión adaptado por ¡Ay Carmela! (1991); al mejor guión original por Belle Époque (1993), el Goya honorífico a su carrera (1998) y el Goya al mejor guión adaptado por La lengua de las mariposas (2002). Además en 1994 se le concedió la Medalla de Oro de las Bellas Artes.