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RALLIES

Isidre Esteve vuelve a competir un año después de quedarse parapléjico

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura3 min
Deportes30-03-2008

“Siento como si estuviera en la salida en la primera carrera. Tengo muchas ganas de hacer cosas”. Apenas habían pasado dos meses del accidente que le dejó parapléjico pero Isidre Esteve ya irradiaba ilusión por rehacer su vida. Un año después, el piloto de la Seu de Urgell prepara su vuelta a la competición, se ha hecho cargo de la dirección del Circuito de Motocross de Bellpuig y ha publicado un libro en el que narra su experiencia.

“Me llamo Isidre Esteve y antes era piloto de motos, uno de esos capaces de ganar en un viaje de aventuras, de competir contra la leyenda del desierto, de retar al continente olvidado. Así era hasta que conocí la eternidad del instante. Sucedió así...tan callando. Después la dama negra quiso visitarme, pero esta vez llegué antes a la meta. Soy el capitán de mi alma. Entonces el mundo fue otro. Y siguió la vida. Y regresaron las sonrisas”. Así comienza La suerte de mi destino, el libro en el que el piloto catalán comparte con el mundo la historia de su existencia. La vida de Isidre Esteve ha estado marcada por el afán de superación. Lo estaba antes del 24 de marzo de 2007, cuando, tras 17 años como piloto de motos, había conquistado el subcampeonato de Europa y el título nacional de enduro, además de finalizar cuarto en el Rally Dakar, que disputó en diez ocasiones. Pero también después de esa fatídica fecha. Aquel día, mientras competía en la de Baja de Almanzora, Esteve perdió el control de su moto al toparse con una piedra. Salió despedido y el impacto le fracturó dos vértebras. Pese al esfuerzo médico, tras varias intervenciones quirúrgicas, Esteve perdió la sensibilidad en las piernas. Sin embargo, el espíritu combativo de Esteve le ayudó a afrontar su nueva situación. “El mundo no se ha acabado. Mi vida simplemente, es diferente”, declaraba el piloto catalán tras abandonar el hospital. “Igual no puedo hacer lo mismo que hacía, pero sí otras cosas. Ahora empieza algo nuevo y tengo mucha ilusión en ello”, concluía. Ya entonces Esteve tenía en la mente el volver a competir. La oportunidad le llegó meses después, cuando Ssangyong, con quien estaba a punto de firmar un acuerdo de patrocinio antes del accidente, le ofrecía la posibilidad de regresar a los rallies al volante de un coche de la casa coreana. El proyecto le ilusionó y en febrero de 2007 firmaba un contrato para competir con el equipo Prosegur Activa SsangYong durante tres años. La aventura arrancará dentro de un mes, en el rally Transibérico de Portugal, en el que comenzará su participación en el Campeonato de España de Rallyes Todo Terreno con un coche adaptado a su lesión. El objetivo de Esteve es adquirir agilidad a los mandos de su nuevo vehículo. En el horizonte está el Rally Dakar, una prueba que ama. “Estuve en el último Dakar africano y estaré en el primero de América”, asegura el de la Seu de Urgell en el libro que acaba de publicar. Con la colaboración del periodista Manuel Franco, Esteve a plasmado su historia con la intención de que el libro “guste, ayude a todo el mundo y aporte algo”. La obra relata la manera en que Esteve afrontó su vida después del accidente, siempre de forma positiva, siempre con una sonrisa en el rostro. Habla de los valores que aporta la competición a la formación de la persona; unos valores que, dice, le han ayudado a salir adelante. Señala también la importancia de la solidaridad en el deporte, al recordar a dos pilotos que no se detuvieron a auxiliarle cuando sufrió el accidente. Pese a vivir atado a una silla de ruedas, su vitalidad le mantiene en constante actividad. A los 35 años, Isidre Esteve afronta con ilusión una nueva etapa de su vida, en la que también se encargará de dirigir el Circuito de Motocross de Bellpuig, responsabilidad que le ofrecieron unas semanas atrás. Además, desde su accidente, colabora con la fundación Wings for Life, que apoya la investigación clínica en el campo del sistema nervioso central. La fuente de su fortaleza, cuenta Esteve, es sencilla: “Lo importante es tener al lado a alguien que te diga ¬donde tú no llegues, ahí estoy yo¬”, confiesa.